Por Andrés Díaz Larios, colaborador en Allenza.
Las recientes propuestas de reformas legislativas (18 reformas constitucionales y 2 reformas secundarias) lanzadas por el presidente Andrés Manuel López Obrador, abren paso a un amplio debate, que vuelve a poner de manifiesto su estilo particular de gobernar, ese que parece improvisado, pero no lo es, si no el que pretende consolidar el “Obradorato”.
A primera vista, estas propuestas, parecen atender a demandas sociales largamente postergadas, que es con lo que se queda la mayoría de la ciudadanía; sin embargo, viéndolo desde una posición crítica y seria, más que ser iniciativas, son estrategias de distracción con objetivos de control político a largo plazo, su perpetuación en el poder, aun dejando el cargo y con un fuerte enfoque mediático que no sirve para resolver los problemas de fondo del país.
Las propuestas realmente preocupan, en lo particular la del Poder Judicial y la que denomina Austeridad Republicana. A continuación, una somera explicación de lo que propone.
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1. Reconocimiento de pueblos indígenas y afromexicanos
Aunque es esencial, el reconocimiento como sujetos de derecho público se queda corto si no se acompaña de políticas integrales que ataquen la raíz de la desigualdad. La consulta sobre obras en sus territorios puede convertirse en un simple formalismo si no hay una voluntad real de modificar proyectos gubernamentales basados en intereses económicos mayores.
2. Pensiones y becas
Incrementar las pensiones y otorgar becas son medidas que, si bien necesarias, pueden no ser sostenibles a largo plazo sin una reforma fiscal profunda que asegure su viabilidad financiera. Sin ello, se corre el riesgo de prometer beneficios sin tener la capacidad real de cumplirlos, generando falsas expectativas.
3. Atención médica gratuita y vivienda
La universalización de la atención médica y facilitar la propiedad de vivienda son metas loables, pero requieren de una infraestructura y una inversión que parece no haber sido detalladamente planeada. Sin un marco claro, estas propuestas podrían diluirse en la retórica sin materializarse efectivamente.
4. Prohibiciones y penalizaciones
Las prohibiciones de maltrato animal, fracking, minería a cielo abierto, y el uso de vapeadores y fentanilo, así como la penalización de extorsiones y fraude fiscal, no deben ser vistas como soluciones definitivas. La falta de un enfoque integral que atienda las causas subyacentes de estos problemas podría resultar en medidas poco efectivas y fácilmente eludibles.
5. Reformas Laborales y Educativas
El aumento al salario mínimo y la reversión de reformas de pensiones (las de Zedillo y Calderón) son propuestas que, aunque populares, no abordan la necesidad de una economía más diversificada y competitiva. Asimismo, garantizar el derecho al trabajo y la educación sin un plan concreto para mejorar la calidad y pertinencia de estos esquivan el desafío real de preparar a la población para un mercado laboral en constante cambio y donde la pirámide poblacional se va ensanchando cada vez hacia arriba.
6. Reformas institucionales
La reducción del tamaño del Congreso de la Unión, la elección directa de jueces y la incorporación de la Guardia Nacional a la Secretaría de la Defensa Nacional son propuestas que, concentrar el poder y pero sobre todo van en contra de la independencia de poderes, pilares fundamentales de cualquier democracia.
7. Austeridad republicana y eliminación de organismos autónomos
Aunque la austeridad es una virtud en la administración pública, el enfoque en eliminar organismos autónomos puede ser contraproducente. La autonomía de estas entidades es crucial para la vigilancia y el equilibrio de poderes. Su eliminación podría abrir la puerta a la centralización y al abuso de poder.
Mientras que AMLO presenta estas propuestas como soluciones a los problemas de México, la realidad es que son tácticas para distraer, controlar el gobierno futuro y generar cobertura mediática durante el periodo de campañas electorales. Es crucial que el electorado exija un debate más profundo sobre la viabilidad, sostenibilidad y consecuencias a largo plazo de estas políticas, que la oposición realmente actúe responsable y profesionalmente, para asegurar que las necesidades reales del país no sean eclipsadas por promesas populistas y mediáticas.