Siete años son necesarios para que la planta del maguey pueda ser utilizada para la creación de diversos productos. Durante este lapso, la tierra sobre la que se erigen los magueyes se llena de vida y recibe cantidades inmensas de energía que, más tarde, se pueden saborear en un trago de mezcal. Siglos han tenido que transcurrir desde Mayahue (Diosa del maguey), hasta la botella que guarda la vida contenida durante siete años para dar gusto a los paladares con una de las bebidas alcohólicas más ‘perfectos’ para el consumo humano.
La producción de mezcal en Zacatecas ha ido creciendo y constatándose como una industria de factor identitario en el estado. Ya sea para comidas, fiestas, reuniones o desamores, el mezcal es un excelente compañero que brinda no sólo un sabor único y distintivo, sino que es también un detonador de experiencias turísticas que van más allá de un degustar.
Desde el 2009, Al Son del Mezcal abrió sus puertas en una de las avenidas más icónicas del Centro Histórico de la ciudad de Zacatecas, para brindar a las personas un espacio sin precedentes y único en su género: un lugar para degustar y poder adquirir las variedades de mezcal que produce el estado.
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Tanto la idea, como el concepto y el establecimiento surgieron de la necesidad de dar a conocer y promover la gran cantidad de mezcales que se produce en el estado, así como su calidad y sabor únicos, en las distintas variedades que tienen para ofrecer. Teniendo en cuenta esta ventaja que trae consigo la variedad, se le puede dar gusto a todos los gustos.
Ante este indiscutible atractivo, uno de los aspectos que destacan de Al Son del Mezcal es la experiencia que ofrece, misma que lo ha posicionado, con el paso de los años, como un referente turístico en el que los visitantes pueden degustar y conocer más sobre las bondades que ofrece la tierra de Zacatecas, permitiendo un acercamiento hacia aquello que nos ha brindado identidad.