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Ahorro personal a la mitad del año

ahorro en México

Se denomina “ahorro personal” a la cantidad de dinero que se reserva para el futuro y se utiliza para diversos propósitos. Expertos en finanzas recomiendan que el monto total sea equivalente a tres veces el salario mensual, de manera que pueda cubrir o paliar imprevistos sin necesidad de recurrir a préstamos.

Con el objetivo de ahondar en los hábitos de ahorro en México, damos un vistazo a los resultados de la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera (ENIF), realizada por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV). El estudio se divide en cuatro capítulos en los que se profundiza en temas como:

Ahorro activo en México

Este tipo de ahorro es en el que se reserva dinero para su uso, en lugar de gastarlo de inmediato, “no importando el destino posterior del dinero ni el instrumento utilizado para tal fin”. La medición del ahorro activo en el país se hace mediante la ENIF en conjunto con el INEGI —encuesta que ha demostrado una evolución en cada edición—.

En 2012 se estimaba que 35.7 millones de adultos (51%) tenían ahorros activos; para 2015 aumentó a 50.9 millones (67%) y en 2018 se registraron 53.6 millones (68%). En el último año, se distribuyeron los ahorros activos en estas modalidades:

Con base en los mismos datos, se sabe que el ahorro es 3% menos frecuente en mujeres que en hombres. Asimismo, se demostró una mayor tendencia por esta actividad en el ámbito urbano (69%) que en el rural (66%). En cuanto a grupos etarios, la encuesta demostró que 70% se encuentran en el rango de 18 a 29 años de edad; de cerca le siguió el grupo de 30 a 39 años (73%). La tendencia siguió a la baja conforme se acercaba a los 60 y 70 años (49%).

Otro de los datos trascendentales fue que “a mayor nivel de escolaridad se tuvo un mayor porcentaje de población adulta con ahorro activo”. 54% de las personas con escolaridad primaria tenían ahorros, en tanto que los de licenciatura y más llegaron al 79%. 

De manera similar al párrafo anterior, se demostró que la estabilidad laboral también influyó en el porcentaje de adultos con ahorros:

De acuerdo con la ENIF, a nivel nacional, las entidades federativas con mayor ahorro activo fueron Querétaro (79%) y Quintana Roo (79%). Por el contrario, las que registraron el mejor fueron Guanajuato (56%) y Oaxaca (57%). 

Los porcentajes de las cuatro entidades restantes de la región Centro-Occidente fueron:

Sobre el destino del ahorro activo, se descubrió que generalmente se utilizaba para “atender emergencias e imprevistos, realizar gastos de hogar (comida, personales o pago de servicios), y emplearlo en la compra de activos”. En el caso del ahorro formal, se demostró que la mayoría (42%) lo utilizó para emergencias; mientras que en el ahorro informal la mayoría (39%) se gastó en insumos del hogar.

Ahorro en instrumentos informales

Este se refiere al dinero reservado para el futuro en “instrumentos que no están regulados o supervisados por alguna entidad del Gobierno, lo cual implica que no se garantiza la seguridad del dinero de los ahorradores”. Los instrumentos más utilizados, según la ENIF, fueron:

Similar a lo registrado en el ahorro activo, los hombres tuvieron un porcentaje mayor (64%) que las mujeres (62%); no obstante, en ambos casos, la cantidad reunida se solía utilizar para invertir en mejoras e insumos para el hogar. Por el tipo de localidad, la población rural (64%) superó en un punto porcentual al ambiente urbano (63%).

Ahorro en instrumentos formales y tenencia de tarjetas

En México, 19.6 millones de adultos (25%) dijeron tener cuenta de nómina; seguido de 13.5 millones (17%) que dijeron tener cuenta de ahorro; 6.5 millones (8%) informaron tener cuenta de apoyos del Estado y 3.3 millones (4%) tenían una de pensión. 

Según la ENIF, 53% de la población aseguró no tener ningún tipo de cuenta —41% de los cuales nunca habían tenido una y 12% poseyeron alguna en algún momento—. El destino del ahorro en cuentas se destinó, tanto en hombres como en mujeres, para cubrir emergencias. 

Sobre uso de tarjeta de débito, el grupo etario que más la utilizó fue el de 18 a 29 años (71%): 28% la usó hasta dos veces al mes y 42% más de dos veces. En cuanto a la condición laboral, 72% de los adultos con trabajo formal hizo uso de tarjeta. 

Los adultos que no utilizaron su tarjeta de débito se enfrentaron a tres barreras principales: preferencia por el efectivo (61%), desconfianza (12%) y desconocimiento (5%).

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