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32 años de cimentar hogares: Grupo DIIM

El escritor y político estadounidense, Theodore Roosevelt, dijo una vez: “El mejor líder es aquel que sabe elegir a los mejores para hacer las cosas, y tiene la templanza suficiente para no entrometerse mientras lo hacen”

Dicha frase describe con atino la impresión que nos deja Jorge Armando Torres Landa Arciniega, director comercial y socio accionista de Grupo DIIM, acerca del fundador y presidente de dicha compañía, el ingeniero Braulio Jorge Aguilar Marín.

La admiración, el respeto y el reconocimiento a la labor que ha realizado a lo largo de los años el ingeniero Braulio han marcado la pauta en la vida laboral de Jorge Armando. Por ello, expresa con orgullo cómo este ha sido su mentor desde que inició a colaborar a su lado, debido a la humildad con la que asume cada cambio u opinión dentro de la compañía.

“Lo que me gustó del ingeniero, que todavía se lo admiro y agradezco, es que siempre aceptaba mi opinión; es decir, nunca me vio como un empleado más, sino que siempre me acogió como alguien importante que había entrado a la compañía y me daba mi lugar. Eso se lo valoré mucho porque no sólo lo hacía conmigo; me daba cuenta que lo hacía con todos. A todo el mundo escuchaba, es una buena persona para escuchar”, recalca Torres Landa.

La experiencia de Aguilar Marín puede ser quizás la razón por la que transmite sabiduría a sus colaboradores. Entre 1966 y 1975, trabajó en Valuados de la Tesorería de Ciudad de México. De 1977 a 1982 fue director del fraccionamiento Altos de Oaxtepec; además, de 1984 a 1987 fue el responsable de los valuados de inmuebles en Fiduciario de Banamex.

Al estar familiarizado con los temas de vivienda y créditos, don Braulio decidió dar un paso adelante y apostar por sus sueños, por lo que —con el apoyo de dos directores de Banamex— en 1989 compró un terreno de 700m² en Calacoaya, Estado de México (Edomex). A su vez, obtuvo su primer crédito puente para llevar a cabo la construcción del iniciático proyecto de casas. 

Así arrancó una larga trayectoria en el sector de la construcción residencial, puesto que en 1990 construyó otro lote de casas en Club de Golf Chiluca, Edomex. En ese mismo año, fundó Grupo de Constructores e Inmobiliarios Aguilar S.A de C.V., empresa bajo la cual siguió construyendo inmuebles.

“Seguí con casas residenciales en Paseos del Bosque, Edomex. Después, en la cuarta sección de Lomas Verdes construí otras viviendas y, en 1993, llevé a cabo mi primer desarrollo un poco más grande (de 16 viviendas tipo medio) con crédito puente de Banamex. En 1996, seguí con un condominio horizontal de 14 viviendas, con alberca y cancha de tenis, a pesar de que fue un año de una devaluación tremenda”, relata el fundador de Grupo DIIM.

Pese a que su último desarrollo fue realizado en un año complicado para la economía del país, Aguilar Marín siguió apostando por su empresa. En 1998 construyó el condominio vertical El Roble, de vivienda popular, que contó con doce departamentos y se ubica en Tepalcapa, Cuautitlán Izcalli, Edomex.  

En 1999, llevó a cabo las obras del condominio horizontal de 30 viviendas La Provincia I y, entre 2001 y 2002, La Provincia II —que consta de 24 unidades—. Ambos desarrollos se ubican en Nicolás Romero, Edomex.  

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Querétaro: norte de la constructora

El camino de la empresa tomó rumbo hacia otra región del país, al aterrizar en el 2005 en Querétaro con la construcción de cinco casas en Milenio III. En esta zona, dos años después se implementó un condominio vertical con doce departamentos, alberca y elevador.

Posteriormente, la compañía decidió llevar a cabo sectores de interés social en el municipio de San Juan del Río, ubicado en Querétaro, convirtiéndose de tal forma en uno de los responsables del crecimiento urbano de la zona.

“En San Juan del Río, nosotros desarrollamos toda una zona que se llama Barrio del Espíritu Santo. Cuando llegamos, no había nada y hoy en día tiene todo. Está completamente desarrollado, se hicieron más de mil casas en la zona. Hay locales, tiendas de abarrotes, veterinarios, tiendas, médicos, farmacias”, señala Jorge Torres Landa.

El director comercial agrega que la empresa no es conocida en dicho municipio como Grupo DIIM, sino como “la constructora de Los Agaves”. Dicho nombre fue el que se le dio al primer desarrollo de interés social ubicado en San Juan del Río, así como a los proyectos posteriores: Agave Azul, Agave Cristal y Agave Diamante.

Cabe destacar que Agave Cristal fue nominado por dos años consecutivos al Premio Nacional de Vivienda (2021 y 2022), el cual reconoce “las mejores prácticas en técnicas constructivas, arquitectónicas, tecnológicas y de gestión aplicados en los procesos de producción habitacional, que eleven los estándares de habitabilidad, adecuación cultural, sustentabilidad, asequibilidad, accesibilidad (por su diseño y costo), disponibilidad de servicios e infraestructura y seguridad jurídica ante riesgos”, se lee en el sitio web de la Secretaría de Desarrollo Agrario, Territorial y Urbano (SEDATU). 

El proyecto de Agave Diamante inició obras recientemente. Esta vez, tiene como target el interés medio; es decir, casas con precios entre un millón y un millón y medio de pesos, siendo estas cifras mayores a las que habitualmente trabaja Grupo DIIM —entre 600 y 800 mil pesos—.

Para el siguiente año, la compañía seguirá invirtiendo en San Juan del Río, puesto que iniciará la preventa de un proyecto habitacional para personas de la tercera edad, Tucajay, en el que se comercializarán tanto viviendas como lotes. A esto se suma la construcción de más de 600 departamentos de 700 mil pesos, donde la empresa tendrá el reto de cumplir, una vez más, con todo lo que conlleva una obra de tal magnitud: agua, electricidad, infraestructura, etc.

Pedro Escobedo ha sido otro de los municipios donde Grupo DIIM ha tocado vidas al brindar hogares a la población, con el desarrollo inmobiliario de casas dúplex, Escobedo 12-80 —mismo que destaca por amenidades como alberca y roof garden. Al igual que en San Juan del Río, para 2023, el municipio Pedro Escobedo también contará con el inicio de obra de entre 500 y 600 departamentos de interés social.

“Estamos cerca de entregar las dos mil casas en esa zona, en San Juan del Río y Pedro Escobedo[…] En lo personal, me he quedado con algunas casas, tengo una que tiene diez años de construida y le he invertido 30 mil pesos de mantenimiento en toda una década. Están muy bien hechas”, apunta Torres Landa.

Por el momento, el vocero de la constructora destaca que Grupo DIIM se concentrará en cubrir la demanda del estado de Querétaro, entidad que ha experimentado un crecimiento poblacional importante. Según el Consejo Estatal de Población (COESPO), se suman 34 nuevos habitantes por día, por lo que se prevé que habrá 814 mil personas más en los próximos 28 años

“No nos damos abasto con la cantidad de personas que están llegando. El número de familias que vienen a vivir a Querétaro es increíble; las viviendas hacen falta y más de las que hacemos nosotros”, asegura.

Interés de muchos, hecho por pocos

Ante el cuestionamiento al director comercial y socio de la empresa sobre el porqué apostar por la construcción de viviendas de interés social, respondió:

“El interés social es lo más demandado que existe, existe gran déficit. A diferencia de las viviendas residenciales (de 2, 3 y 4 millones de pesos), hay poca gente y muchos proyectos para escoger. En el interés social, ni todos los constructores que hacemos este tipo de viviendas juntos cubrimos la demanda. No lo logramos”.

Según sus cifras, Jorge Armando argumenta que, sólo en San Juan del Río, se pierden más de mil créditos al año, porque no hay la cantidad suficiente de viviendas de precios bajos.

Cabe recalcar que ese es actualmente el segundo municipio con el mayor número de habitantes del estado (297 mil 804 personas), sólo por debajo de Querétaro (1 millón 49 mil 777 personas), de acuerdo con datos del Censo 2020 realizado por el Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).

En ese sentido, el directivo de Grupo DIIM explica que, ante la gran demanda en viviendas de interés social, la pregunta no recae en por qué desarrollar este tipo de unidades habitacionales, sino en cómo se logra:

“Se deben conjugar muchas cosas. Se debe comprar material a muy buen precio, tener buena negociación con los bancos, buenos créditos, construir rápido, vender rápido, o sea, se necesitan muchas cosas. Es por esto que la mayoría de los desarrolladores de nivel medio no le entran al interés social, porque pierden todo. Prefieren construir más costoso para tener un mayor margen de ganancia”, revela.

El líder comercial de la desarrolladora señala que este tipo de negocios implica estrategia y no querer ganar demasiado; es decir, como empresa, se encuentran satisfechos con las utilidades que manejan, con el empleo que generan y con la complacencia del cliente. 

«Si en promedio la utilidad anda entre el 15 y el 20%, estamos dispuestos a ceder utilidad con tal de mantener calidad y prestigio en el tiempo», expresa.

Actualmente, Grupo DIIM cuenta con tres directores que son los cimientos de los proyectos que se llevan a cabo: el licenciado Jorge Armando Torres Landa, el licenciado Jorge Aguilar Villalobos, director general y socio accionista, así como el arquitecto Luis Aguilar Villalobos, director adjunto y socio accionista —siendo estos dos últimos hijos del ingeniero Braulio Jorge Aguilar Marín, y a quienes Torres Landa siempre ha considerado como sus hermanos mayores—.

“Una de las grandes cualidades que tiene el ingeniero Braulio es que siempre ha sido muy humilde. Él supo cuándo era el mejor momento para dejarle la compañía a sus hijos, que se habían capacitado mucho, y que lo estábamos haciendo bien todos. Entonces, él decide dar un paso para atrás, jubilarse y empezar a disfrutar junto con su señora esposa”, concluye con admiración Torres Landa Arciniega.

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