Por: Marcos Daniel Arias Novelo
Analista Económico, Monex Grupo Financiero
Contrario a las preocupaciones que surgieron al cierre del año pasado, la economía global ha dado destellos de solidez en los primeros meses de 2023 y, aunque sigue habiendo riesgos en el horizonte, el escenario de que una nueva recesión ocurra pronto ha perdido impulso.
La reapertura de la economía china, las bases de ahorro en las economías avanzadas y la ausencia de incidentes mayores como los que abundaron en 2022 han favorecido esta inercia. Incluso, los pronósticos de crecimiento del Fondo Monetario Internacional mejoraron respecto a lo que se preveía en octubre.
Dentro de este contexto, México ha tenido un sesgo de optimismo más pronunciado a partir de la llegada de nuevos flujos de inversión por el fenómeno del nearshoring y del fortalecimiento del consumo interno.
Las cifras económicas entre enero y mayo han sido de las más destacadas en los últimos 5 años y proyectan una base generosa para el cálculo de crecimiento de todo 2023.
En función de ello ahora estimamos un incremento del PIB de 2.5%, pero el potencial a futuro es mayor.
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Sobre la inflación, aunque hasta abril se promediaba un 7.2% anual, los datos de las últimas cuatro quincenas han arrojado resultados bastante distintos y podría empezarse a consolidar una tendencia que sea compatible con los objetivos de Banco de México en el horizonte de los próximos 12 meses.
De esta manera, prevemos que la inflación mexicana tenga una baja pronunciada durante el verano, pudiendo consolidarse debajo de 5% en el segundo semestre.
Finalmente, en lo que va de 2023 el peso se ha apreciado en 8.8% frente al dólar, un desempeño sobresaliente que refleja fortaleza integral de las determinantes de la economía abierta mexicana.
Dentro de ellas se encuentran los mayores flujos de remesas, exportaciones, inversión y la ampliación de los diferenciales de tasas respecto a Estados Unidos.
A pesar de que consideramos que la buena racha del super peso puede mantenerse a lo largo de algunas semanas, creemos que la reversión de varias de las tendencias dará lugar a una depreciación en la segunda mitad del año.
Nuestro pronóstico al cierre es de $19.20, lo que vendrá acompañado también de una mayor volatilidad por la cercanía de los procesos electorales en México y Estados Unidos.
En el balance, el año dibuja un horizonte de riesgos balanceados, pero no inexistentes, así como una desaceleración lenta, pero continua.