Durante los últimos meses, Zacatecas ha sido escenario de una sucesión de actos violentos que han ido incrementando, superando los índices y récords de violencia en la entidad. Dada la situación, el Gobierno del Estado hizo un llamado al presidente de la República, Andrés Manuel López Obrador, para que se respalde a la entidad y tener las herramientas para seguir afrontando la delincuencia.
El gobernador Alejandro Tello mandó una misiva a la Presidencia de la República, en la que dio a conocer el panorama violento que vive el estado a partir de los conflictos entre grupos delincuentes del crimen organizado, que se disputan el territorio zacatecano, lo cual ha resultado en una preocupante crisis de inseguridad.
La necesidad de una intervención federal es inminente, pues, menciona Tello, este espiral de violencia sobrepasa las posibilidades de la entidad. Por lo que a su vez solicita que la estrategia de seguridad sea conjunta.
Durante los últimos cuatro años en Zacatecas los delitos más comunes como el robo de vehículos, robo a casa habitación, asalto a transeúntes, entre otros, han disminuido. Por otro lado, los casos de homicidio doloso por parte de grupos delincuenciales relacionados con el narcotráfico han aumentado en un 90%.
Este último tipo de delito, señala Tello, es de competencia federal, por lo que resulta pertinente y urgente la intervención de la Federación. Por tal motivo, Rosa Isela Rodríguez presentó ante la Secretaría de Seguridad Federal un diagnóstico del panorama zacatecano en el que la violencia se encuentra presente y en aumento.
Los elementos para enfrentar a los grupos delictivos en el estado son pocos, ya que de las corporaciones policiales municipales, prácticamente han quedado en manos de la Policía Estatal, Metropolitana y Ministerial, lo cual, para la situación que se vive, no es suficiente.
Los actos que se viven a diario en el estado son: ajustes de cuentas de manera permanente, desaparición de personas, enfrentamientos con daños colaterales, secuestro y extorsión, lo cual es un azote para el estado.
Se trata de una situación que afecta directamente a la calidad de vida de los zacatecanos que, además de lidiar con la pandemia, se enfrentan a un escenario de conflictos violentos que les afecta directa o indirectamente a su estabilidad.