Si bien el crecimiento urbano y la llegada de la industria traen consigo un crecimiento económico de las entidades federativas, el ecosistema resulta, la mayoría de veces, gravemente afectado. El impacto ecológico puede ser comparable con los resultados económicos, es por ello que, desde 2017 se gestionó el pago de impuestos ecológicos a las industrias que operan en el estado de Zacatecas.
Alejandro Tello creó cuatro gravámenes, de los cuales, dos se establecieron de manera constitucional por la Federación. El primero de ellos es el que corresponde al impuesto de la emisión de gases a la atmósfera y de la emisión de contaminantes al suelo, subsuelo y agua. Estos impuestos se hacen principalmente a la industria cervecera y minera que está ya más asentada en el estado.
Los impuestos que se rechazaron fueron los de: depósito o almacenamiento de residuos y el de remediación ambiental en la extracción de materiales. El primero se negó puesto que viola el principio de proporcionalidad tributaria, el segundo no procedió debido a que esas son cuestiones que corresponden únicamente a la Federación.
Gracias a los impuestos logrados por la gestión de Alejandro Tello, los estados de Tamaulipas, Coahuila, Nuevo León, Durango, Michoacán, Colima y Guanajuato dieron a conocer que se encuentran en acuerdo para impulsar un impuesto especial que abarque empresas públicas y privadas, por el uso de combustóleo para la generación de electricidad, ya que resulta sumamente contaminante.
Los gobierno de Tamaulipas y Jalisco ya han presentado las iniciativas en sus respectivos Congresos para establecer el impuesto al combustóleo. Por su parte, Tamaulipas considera un impuesto de Tres Unidades de Medida y Actualización, lo que sería $260 por cada tonelada de contaminantes que genere la empresa. La idea es cuidar principalmente de la salud y el medio ambiente.