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Yoga, entre el equilibrio físico y mental

Hay una gran cantidad de actividades que podemos hacer para mantenernos física y mentalmente sanos, lo cual permitirá tener una vida productiva y una vejez cómoda. Un ejemplo es el yoga, un excelente método para ejercitar el cuerpo y mantenerlo elástico, pero del cual se suele olvidar que es una disciplina milenaria bien establecida; la cual está basada en principios, también denominados “Yamas” (regulaciones universales) y “Niyamas” (preceptos individuales). Ambos aspectos se dividen de la siguiente manera:

Yamas

Niyamas

La constancia y apegarse a estos traen consigo los beneficios que ofrece la disciplina. Según información proporcionada por el profesor de la Asociación Internacional de Yoga Yoghismo, Zaid López Veyna, físicamente genera la regulación biológica en glándulas, órganos, huesos, articulaciones, tendones y músculos. En el nivel mental hay una mejora en el estado de ánimo, la memoria, el aprendizaje, la concentración y el enfoque, además es un buen antídoto para la depresión, activa el sistema nervioso simpático y parasimpático, asimismo propicia el autoconocimiento.

Con respecto a la edad ideal para practicar el yoga, va desde los pocos meses hasta la vejez, pero depende del crecimiento del individuo, quien puede acompañar el desarrollo de sus cualidades con meditación y autoestudio. Incorporar una rutina basada en el yoga ayuda a reaccionar ante las fluctuaciones mentales en distintas situaciones de la vida. De acuerdo con el profesor López Veyna: “la práctica de «Asanas» (posturas) es sólo un entrenamiento para la cotidianidad, donde también tenemos otra «postura» ante la vida, ante la sociedad, etc”.

Una gran ventaja de esta práctica es que se puede aplicar en cualquier ámbito de la vida diaria que permita estar en el presente, en el aquí y el ahora, en plena facultad de nuestra potencialidad con enfoque en nuestras percepciones. Se pueden practicar ejercicios con diversos propósitos:

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