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¿Y la CIA mexicana, dónde está?

El gobierno de Donald Trump se ha caracterizado por una actitud hostil hacia México y nuestros connacionales. Esto ha traído un deterioro considerable de la relación tan compleja e histórica entre ambos países, sin embargo es solo un aspecto más de los grandes problemas que ha tenido que enfrentar el Gobierno Mexicano.

En este último sexenio, el narcotráfico ha seguido expandiéndose; sigue habiendo zonas sin Estado de Derecho; corruptelas por doquier; desapariciones forzadas; y en lo que respecta al exterior, existe un endeble liderazgo diplomático de México en Latinoamérica y una imagen muy dañada en distintas partes del mundo, lo que invita a cuestionarse: ¿Y los servicios de Inteligencia en México?, ¿Dónde está el CISEN?, ¿Por qué no se percibe una mayor vinculación de inteligencia con la solución a estos problemas?

La CIA mexicana

El Centro de Investigación y Seguridad Nacional (CISEN), nació hace más de 60 años con el propósito de espiar a políticos y grupos subversivos; desde entonces ha dependido directamente de la Secretaría de Gobernación y por lo sensible y relevante de sus operaciones, muy pocos saben que es nuestra “CIA” Mexicana. No obstante, desde la transición democrática en la que Vicente Fox asumió la presidencia en el 2000, esta institución desapareció casi por completo y no dio señales de fortalecimiento en los sexenios subsecuentes.

A pesar de la decadencia de este organismo, el CISEN sigue estando vinculado a espionaje político y es usado como una moneda de cambio en negociaciones políticas, sin alguna otra función que pudiera ser relevante y apreciada por la opinión pública. Es preocupante que, mientras otros países latinoamericanos tienen bases de inteligencia en distintas partes del mundo (como aparatos dentro de sus representaciones diplomáticas), en México el instituto de inteligencia se ha basado en intereses políticos y de seguridad interior y no en ofrecer información oportuna y relevante a los intereses de México en el exterior.

En consecuencia, las actitudes hostiles hacia México han tomado por sorpresa al inexperto titular de Relaciones Exteriores y su equipo, mientras se reúnen con funcionarios de segundo nivel para estar al tanto de la nueva relación político-económica.  Con un solo impertinente tuit del inquilino de la Casa Blanca, se exterminan todas las buenas intenciones,  poniendo en evidencia la inexperiencia y falta de estrategia del gobierno mexicano.

Combatir la corrupción

Por otro lado, es inexplicable y  ofensivo que en México no se tenga conocimiento del paradero de Javier Duarte y muchos menos se sepa de lo ocurrido a los estudiantes de Ayotzinapa. Así mismo, mientras los gobernadores se endeudan sin control y hacen del erario público una extensión de su bolsillo,  se le sigue exprimiendo corruptamente hasta el último centavo a PEMEX por sus titulares y líderes sindicales,  sin que exista información de por medio.

Si el gobierno contara con esta información ¿Qué intereses distintos al Estado de Derecho pudiesen estar inmiscuidos ante esta pasividad?

Desde mi percepción, si existiera información de inteligencia oportuna y relevante a nivel interno y externo, se tendría mucho material para cabildear las acciones contra los migrantes en Estados Unidos y para el TLCAN, se podrían tener mejores políticas y estrategias externa e internamente y se fortalecerían las acciones del Sistema Nacional Anticorrupción y de las agencias de seguridad pública federal.

 

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