Adam Grant, una de las voces más influyentes en el campo de la psicología organizacional, ha lanzado una contundente advertencia a los gerentes: la vigilancia electrónica de los empleados no es la clave para incrementar la productividad.
En un reciente post en redes sociales, Grant citó un estudio exhaustivo que desmiente esta práctica común en muchas empresas.
La investigación publicada en Personal Psychology, que analizó 94 estudios con más de 23,000 participantes, demostró que la monitorización electrónica del desempeño (EPM) no solo no mejora el rendimiento de los empleados, sino que aumenta el estrés, desconfianza y descontento.
Los datos refuerzan lo que muchos líderes empresariales aún no han considerado: el control constante afecta negativamente el bienestar de los trabajadores.
Este enfoque se ha vuelto cada vez más común en muchas organizaciones, especialmente con los avances tecnológicos, pero los resultados de este estudio sugieren que no es la mejor solución.
Dear managers: Raising productivity is not about monitoring people. It’s about motivating them.
94 studies: Surveillance fails to improve performance—and increases stress, distrust, and dissatisfaction.
Tracking people is not a substitute for respecting and valuing them. pic.twitter.com/x2Eewm6YEe
— Adam Grant (@AdamMGrant) September 18, 2024
El componente psicológico del trabajo es clave
Uno de los puntos centrales del estudio es la importancia de considerar el componente psicológico del trabajo. Los autores, entre ellos Daniel M. Ravid y Jerod C. White, subrayan que la tecnología no puede sustituir el respeto y valoración del talento humano.
Aunque las herramientas de monitoreo permiten a los gerentes seguir de cerca el rendimiento, la falta de transparencia y el exceso de control pueden tener efectos contraproducentes. Los empleados que se sienten observados de forma constante experimentan mayor estrés, lo que impacta directamente en su desempeño.
Motivación versus vigilancia: ¿Qué funciona mejor?
En lugar de vigilar constantemente a los empleados, Adam Grant y los investigadores proponen un enfoque diferente: la motivación. Crear un entorno de trabajo donde se fomente la confianza y el respeto genera mayores beneficios tanto para la empresa como para el empleado.
El estudio destaca que las empresas que optan por monitorear de forma menos invasiva y más transparente obtienen resultados más positivos en términos de satisfacción y rendimiento. Esto refuerza la idea de que el verdadero liderazgo consiste en motivar y guiar a los empleados en lugar de controlarlos.
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La evidencia es clara: la vigilancia electrónica no es la solución
Los datos recopilados por el estudio son contundentes: la vigilancia electrónica no mejora la productividad, y en cambio, incrementa los problemas de estrés y desconfianza en los equipos de trabajo. Las organizaciones que quieran maximizar el rendimiento deben replantearse sus métodos de control y adoptar prácticas más humanas.
El éxito empresarial, como bien señala Grant, depende en gran medida de la capacidad de los líderes para crear un entorno de confianza y respeto, en el que los empleados se sientan valorados y motivados para dar lo mejor de sí mismos.
Este estudio plantea un desafío para los líderes empresariales: ¿continuarán apostando por la vigilancia electrónica o adoptarán estrategias más efectivas y humanas?
Respetar y motivar a los empleados es la clave para lograr un mayor compromiso, mejor desempeño y, en última instancia, una mayor productividad, según Adam Grant.
Los avances tecnológicos no deben reemplazar las relaciones humanas dentro del entorno laboral. Las empresas que prioricen el bienestar de sus empleados verán resultados positivos a largo plazo, no solo en la productividad, sino también en la satisfacción laboral y retención de talento.