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Vacuna experimental desarrollada por Moderna obtiene resultados alentadores

En una carrera maratónica y a contrarreloj, la farmacéutica Moderna, ubicada en Estados Unidos, parece haber logrado un avance significativo en el desarrollo de una vacuna que proteja a la población del virus SARS-CoV-2, causante de la enfermedad COVID-19.

A través de un comunicado, la compañía dio a conocer que de acuerdo con los estudios preliminares, la vacuna experimental mRNA-1273 obtuvo resultados prometedores, al mostrar ser segura y bien tolerada en general.

La firma detalló que la primera fase consistió en la aplicación de la vacuna  a 45 pacientes sanos, de entre 18 y 55 años de edad,  logrando generar en las primeras 8 personas niveles de anticuerpos neutralizantes similares o superiores a los hallados en la sangre de pacientes recuperados.  La investigación añadirá dos grupos etarios más, entre los 55 y los 70 años de edad, y de los 71 años en adelante.

La fase 1 de la investigación estuvo dirigida por el Instituto Nacional de Alergias y Enfermedades Infecciosas de los Institutos Nacionales de Salud.

«El equipo de Moderna está focalizado en avanzar tan rápido y con tanta seguridad como sea posible. Estamos invirtiendo en aumentar la producción para maximizar el número de dosis y ayudar a proteger a tantas personas como podamos frente al SARS-CoV-2», manifestó Stéphane Bancel, consejero delegado de la compañía. 

Tras los datos alentadores, Moderna ha recibido autorización para comenzar con la segunda fase del ensayo clínico con 600 pacientes. En caso de continuar con los resultados satisfactorios, la empresa iniciaría la tercera fase con miles de personas en el mes de julio para afinar su aprobación.

En caso de recibir la aprobación final, Moderna estima poder proveer la vacuna en grandes dosis a finales del año, aunque su distribución se limitaría inicialmente a los Estados Unidos. A comienzos de 2021 la vacuna podría estar llegando a los demás países.

No obstante, el doctor Amesh Adalja, especialista en enfermedades infecciosas del Centro de Seguridad de la Salud de la Universidad John Hopkins, apela a la cautela antes de echar  las campanas al vuelo: «Estos hallazgos son significativos, pero es un ensayo clínico de fase 1. Fue diseñado para la seguridad, no para la eficacia». 

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