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Universidad De La Salle Bajío: El ser humano como centro para la excelencia

Enrique Alejando González Álvarez

La preparación constante, la educación y los valores son la clave para lograr el buen funcionamiento de una sociedad, tanto en lo económico como a nivel humano. Para ello, hay instituciones académicas que trabajan arduamente en la formación de líderes que aporten su grano de arena en el crecimiento social. Una de ellas es la Universidad De La Salle Bajío.

La misión lasallista brinda actualmente educación a más de doce mil estudiantes de secundaria, preparatoria, licenciatura y posgrado a través de sus cinco campus en el estado de Guanajuato: Campestre, Juan Alonso de Torres y Américas (los tres ubicados en León), así como San Francisco del Rincón y Salamanca.

La institución académica cuenta con mil 400 docentes, quienes forman profesionales en las 35 distintas carreras ofrecidas. Este mes de febrero, se sumó a su oferta integral la Licenciatura en Médico Cirujano.

El rector de la casa de estudios también juega un rol fundamental en el proceso formativo de cada estudiante, al ser el motor que impulsa la filosofía del alma mater. Enrique Alejando González Álvarez es un apasionado de la educación y las letras que tiene una amplia experiencia en el sector. 

Cuenta con un doctorado en Lingüística por la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), institución en la que, desde 1997, es investigador en el Centro de Lingüística del Instituto de Investigaciones Filosóficas. Durante 37 años, se ha desempeñado como animador de instituciones lasallistas y docente en cuatro obras: Colegio Simón Bolívar, Colegio Benavente, Universidad La Salle Puebla (rector) y la Universidad La Salle México (rector). Desde 2021, comenzó su puesto en la Universidad De La Salle Bajío.

En exclusiva para Líder Empresarial, afirma que una de sus funciones consiste en velar por la filosofía institucional, la cual está basada en los valores del Evangelio. Al buscar continuamente la centralidad del ser humano, se postula siempre como principio el bienestar y crecimiento de la persona. Esta formación integral impulsa el desarrollo académico, pero también las dimensiones cultural, física y espiritual.

“Nosotros buscamos que no sea sólo un crecimiento académico, sino que sea un crecimiento social, afectivo, psicológico, cultural, espiritual, deportivo, físico, en fin; buscamos este crecimiento en todos los ámbitos y hacemos que la persona del alumno sea nuestro centro. Todas las actividades están enfocadas siempre para que el alumno crezca”, recalca. 

El líder de la Universidad De La Salle Bajío agrega que el foco principal de la formación es impulsar el crecimiento de sus alumnos como personas. El segundo objetivo es lograr que los estudiantes no se queden con lo que adquieren, sino que busquen la manera de darlo a los demás. 

“Que ellos sepan que han sido beneficiados por nacer en una condición social particular, por tener posibilidades de estudios, por muchas situaciones que la sociedad les ha dado y que eso no se lo pueden quedar. Tienen que darlo a los demás, deben aportar y siempre en su labor profesional deben actuar con responsabilidad social”, expone.

Diferenciadores clave

En Guanajuato, de acuerdo con datos del Sistema Nacional de Información de Estadística Educativa de la Secretaría de Educación Pública (SEP), existen 247 casas de estudios superiores, por lo que es de vital importancia conocer las ventajas competitivas de cada una de ellas.

González Álvarez destaca los tres diferenciadores de la casa de estudios que dirige. En primer lugar, apunta que los programas académicos están acreditados por instancias externas; por ejemplo, en los años 2003, 2012 y 2018, la institución obtuvo el reconocimiento de Lisa y Llana por parte de la Federación de Instituciones Mexicanas Particulares de Educación Superior (FIMPES). 

“Nuestra calidad académica es fuerte, no porque nosotros lo digamos, sino porque hay instancias externas que revisan y evalúan a todas las universidades públicas y privadas. Todos nuestros programas están acreditados en el nivel más alto”, asegura. 

Enrique Alejandro González Álvarez sugiere que la segunda ventaja competitiva de la universidad es la solidez humana que brindan al estudiantado. Al graduarse, ellos inician su vida laboral y personal con equilibrio emocional, así como con madurez humana y conciencia social.

Las instalaciones con las que cuenta la universidad son el tercer gran diferenciador, refiere el rector: “Tenemos unas instalaciones maravillosas. El campus es grande y es muy bonito. El alumno puede sentirse totalmente libre y tener convivencia con las áreas verdes, con canchas de fútbol, básquetbol, tenis, con clínicas montadas con tecnología de punta, laboratorios […] Son instalaciones que nadie más ofrece”.

El catedrático recalca que estos son tan solo algunos ejemplos de los diferenciadores de la casa de estudio, puesto que le es difícil resumir los beneficios que brinda la universidad al alumno.

Por ejemplo, su calidad académica también se debe, en gran parte, a sus programas competitivos (los cuales son revisados y modificados con frecuencia), así como a la capacitación constante de los docentes, apunta González Álvarez.

“De manera rápida, se hace una revisión cada año de los programas y, de manera más detenida, cada cuatro años. Se actualizan los contenidos, se adaptan a las nuevas necesidades educativas de los jóvenes como también a los nuevos aprendizajes que deben tener […] Todo esto se va incorporando en nuestros programas educativos. De esta manera, nuestros programas permanecen vigentes y actualizados”, asegura.

En relación a los docentes, el rector refiere que son, sin duda, una parte muy fundamental para mantener un buen nivel educativo. Por ello, es requisito que estén preparados, capacitados y que cuenten con posgrados. Además, como institución, se les capacita constantemente en su área de expertise, así como en el aspecto pedagógico. 

“Los maestros universitarios son todos profesionistas y no siempre tienen la pedagogía y la didáctica para las clases. Nosotros estamos en constante capacitación en estos aspectos. Se enfocan también los temas evaluativos, para que los maestros no sólo evalúen con exámenes de memoria, sino que vean la evaluación continua y así los alumnos se sientan cada vez más acompañados por parte de los docentes”, explica.

Otra ventaja radica en los convenios con que cuenta la universidad. Como referencia, el rector señala que actualmente existe un acuerdo valioso con el Clúster Automotriz de Guanajuato (CLAUGTO), gracias al cual los alumnos realizan sus prácticas profesionales en las diferentes compañías que forman parte de la organización.

“[Derivado de esas prácticas] la mayoría de ellos optan por quedarse a trabajar ahí o las empresas deciden quedarse con el talento […] También hay convenios con las empresas en el ámbito de los investigadores. Tenemos algunos proyectos que nuestros investigadores hacen para favorecer el trabajo de las compañías en el estado”, recalca.

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Un aporte a la comunidad

Como parte de la filosofía de la Universidad De La Salle Bajío, se lleva a la práctica la misión de generar beneficios a la comunidad guanajuatense. En este sentido, existen convenios con el gobierno del estado cuya finalidad es impulsar el desarrollo de la ciudad o de las localidades aledañas a los campus. 

“Por ejemplo, tenemos varios centros comunitarios en donde nuestros alumnos van a trabajar y a ejercer su profesión en beneficio de las poblaciones. Por decir algo, tenemos un módulo móvil de odontología que recorre las diversas zonas de la ciudad para dar servicio gratuito o casi gratuito (porque el material también implica un costo)”, destaca la máxima autoridad universitaria.

A esto se suma que los alumnos de arquitectura acuden a diferentes zonas, en especial las más humildes, para ver de qué manera pueden volverlas más habitables y acogedoras. Además, los alumnos de las diferentes ingenierías apoyan a las zonas más necesitadas, con la intención de favorecer un mejor nivel de vida.

Un proyecto destacado ha sido la colaboración en el atlas de la ciudad de León, que brinda un panorama real de las áreas de oportunidad en la ciudad. Con el propósito de mejorar la calidad de vida de la población, refleja cuáles zonas requieren mayor iluminación o algún servicio particular.

Asimismo, la unidad participa en la formación docente de los maestros de educación pública, tanto de nivel básico como medio. “Para La Salle, la capacitación de docentes es muy importante. En esto hemos colaborado mucho con el gobierno del estado”, asegura González Álvarez.

Por otro lado, se cuenta con un programa de becas significativo, señala, en el que se destinan más de 30 millones de pesos al semestre. Cerca del 35% del alumnado tiene un porcentaje de becas en su matrícula.

“Por ejemplo, tenemos un programa muy importante, que son las becas para estudiantes que vienen del Sistema Avanzado de Bachillerato y Educación Superior (SABES) en el estado de Guanajuato. Aquellos que tienen buenos promedios pasan con nosotros y los becamos, a la mayor parte de ellos, al 100%”, agrega. 

Además, se ofrecen becas a aquellos con alguna cualidad particular, como tocar un instrumento musical (formando parte de la Orquesta Sinfónica de la universidad) o que sean muy buenos en un deporte (y así pertenecer a sus equipos).

Tecnología de punta

El ámbito tecnológico sigue ganando terreno en el mundo, y se posiciona como una de las profesiones mejor pagadas actualmente. Ante esta necesidad del mercado laboral, la Universidad De La Salle Bajío se mantiene a la vanguardia, al incluir el uso y el equipamiento en todo el campus —así como en la dinámica diaria entre los docentes y alumnos—. 

De acuerdo con Enrique Alejandro González Álvarez, el propósito de la casa de estudios no sólo se basa en insertar carreras de tecnologías en el programa educativo. Además, se están tecnologizando todas las carreras, con la intención de que los jóvenes salgan preparados para afrontar cada reto.

“Debe saber de tecnología tanto el odontólogo como el maestro, el ingeniero en informática o en software. Lo que estamos haciendo es capacitar a los alumnos en las diferentes áreas, para que ellos encuentren en la tecnología una herramienta que les ayude a desenvolverse en su ámbito profesional: que la tecnología sea para ellos un aliado”, indica el rector.

Para lograr dicho cometido, agrega, la universidad ha incorporado en sus planes de estudio materias de tecnología. Además, los alumnos cursan ciertas asignaturas a través de herramientas tecnológicas, para así brindar todas las bases necesarias.

González Álvarez apunta que el uso de estos instrumentos y el modelo de educación híbrida llegaron con mayor impulso debido al COVID-19. La pandemia hizo posible que los alumnos pudieran continuar sus estudios a distancia.

“Durante este periodo la tecnología fue el medio de educación. Esto no lo vamos a perder; al contrario, lo estamos enriqueciendo, de tal manera que el alumno encuentre en la tecnología un aliado para el desarrollo de su profesión. Estamos haciendo que vean qué programas tienen las computadoras comunes y comerciales que ellos pueden aprovechar en sus profesiones, y de esta manera actualizarlos en estos ámbitos”, refiere.

Por tanto, el modelo de educación tecnologizada es parte de la vida que ofrece hoy la universidad. Los estudiantes asisten a clases, pero la tecnología les sirve para tomar apuntes, entregar trabajos y reportes, estudiar, o para mantenerse en constante comunicación con los maestros.

Además, el catedrático indica que, a lo largo y ancho del campus de la universidad, los estudiantes tienen acceso libremente a máquinas modernas y a internet, para realizar sus tareas sin preocupaciones.

“Estamos ofreciendo siempre tecnología de punta. Las máquinas utilizan los alumnos en la universidad son las más recientes. Siempre que se compran máquinas son para los alumnos […] Esto hace que el alumno considere a la máquina como una herramienta más de sus útiles escolares”, afirma.

Más de 50 años de historia 

La casa de estudios fue fundada en 1968 por el doctor Manuel de Jesús Álvarez Campos, hermano de las Escuelas Cristianas y visionario educador apostólico. En ese año, fue trasladado a León, Guanajuato, para dirigir el Colegio La Salle de esta ciudad.

En noviembre de 1968, bajo el nombre de Instituto Tecnológico de Estudios Superiores, A.C. y teniendo como instalaciones espacios del Colegio La Salle, de la colonia Andrade, se abren las carreras de Contaduría Pública y de Administración de Empresas.

En 1971, cambia el nombre a Instituto Tecnológico de León, A.C. En noviembre de 1972 se colocó la primera piedra de las nuevas instalaciones, en terrenos del Cerro Gordo, construcción que fue posible gracias a la donación de don Alejandro Arena.

Después de las carreras fundadoras, se abre en 1973 Periodismo y Ciencias de la Comunicación. Ese mismo año, se tramitó y consiguió la autorización del nuevo nombre: Universidad del Bajío, A.C. 

Una de las decisiones clave y estratégicas, que vendría a cambiar de nueva cuenta la historia de la universidad, fue otro cambio de nombre e imagen: el 27 de enero del 2000, la institución pasó a llamarse Universidad De La Salle Bajío.

Asimismo, la nueva identidad trajo consigo la estilización de los chevrones del escudo tradicional, entrelazados en forma circular y dotados de movimiento. Representan la fe, la fraternidad y el servicio, tres siglos de lasallismo y un triángulo que significa estabilidad, una letra “D” estilizada, inicial del nombre De La Salle, todo ello en blanco, azul y rojo (los colores lasallistas).

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