Las vacunas contra la COVID-19 se acercan, cada vez más, a ser una realidad concreta. La pandemia ha sido un fenómeno nunca antes visto, así que las medidas necesarias para distribuir la vacuna serán también un evento sin precedentes. Las preparaciones masivas ya han dado comienzo por parte del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia, mejor conocido como Unicef, por sus siglas en inglés.
El organismo ya se encuentra trabajando con aerolíneas y medios de transporte para poder hacer llegar la vacuna a 92 países. Las dosis que transportarán próximamente son 2,000 millones. Ante la monumental misión que se llevará a cabo en 2021, la Unicef ha puesto manos a la obra reuniéndose con más de 350 socios del sector logístico.
Las dosis de primera necesidad llegarán a su destino vía aérea, marítima o terrestre. El trabajo que realiza el organismo va en función de hacer posible una tarea descomunal de transporte de todo el material necesario. Cuando las vacunas estén listas, estarán también listas para su distribución.
Lo que buscan es que se hagan llegar por las vías más seguras, factibles y rápidas a sus 92 destinos, que son países con bajos o medios ingresos económicos. La Unicef someterá a análisis diversas situaciones y rutas para identificar los problemas que puedan surgir, así como las necesidades inmediatas de su transporte.
Esta agencia de la ONU no trabajará sola, lo hará en conjunto con la Organización Panamericana de la Salud; quienes se encargarán de coordinar la compra y la entrega de las dosis. Esta tarea tiene como propósito facilitar el acceso a la inmunización del nuevo virus a «todos los países».
El lector se estará preguntando qué vacunas serán las distribuídas: según indica el comunicado de la Unicef, serán las producidas por fabricantes que llegaron a acuerdos con la plataforma Covax, el mecanismo liderado por la Alianza de Vacunas Gavi, la Organización Mundial de la Salud y la Coalición para las Innovaciones en Preparación para Epidemias.