México tiene una cultura de prevención de enfermedades de piel mínima. La inversión per cápita en protectores solares para el cuidado de la piel es baja en comparación con otros países como Argentina, Brasil o EUA, reconoce la Cámara Nacional de la Industria de Productos Cosméticos (Canipec).
La protección previa a la exposición a la luz solar es la más usual y en México predomina por encima de bronceadores o hidratantes “after sun”.El consumidor nacional invierte alrededor de un dólar por año en la compra de este tipo de productos, es decir ni siquiera el consumo de una botella contenedora, mientras que en los países antes mencionados es de entre de 5 y 8 dólares.
Los protectores solares en América Latina generan ventas de alrededor de 1,518.8 millones de dólares y México apenas 113 millones de dólares al año, informa Giselle Segovia, Directora de Relaciones Institucionales de Canipec.
La exposición al sol de manera excesiva, puede provocar pequeñas quemaduras (eritremas), erupciones cutáneas, envejecimiento prematuro de la piel y cáncer de piel, la consecuencia más grave.
La Organización Mundial de la Salud estima que cada año se diagnostican de 2 a 3 millones de cánceres de piel no melanocíticos y más de 130,000 melanomas malignos, adicionalmente, más del 90% de los cánceres de piel no melanocíticos afectan a personas de piel blanca, que tienden a sufrir quemaduras por el sol.
México ocupa el primer lugar de incidencia en hombres y el tercero en mujeres, según un estudio de la Fundación Mexicana para la Dermatología.
A pesar del modesto consumo de este tipo de productos no se ha detenido la curva de incremento de compra, de un 5 a 6% anual; gran parte, afirma la directora, por el trabajo de concientización de las autoridades sanitarias respecto a las enfermedades provocadas por la exposición continua al sol.