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Una visión luminosa: don Humberto Martínez de León y la fundación de la UAA

El filósofo Javier Gomá sostiene que el destino no puede privarnos del derecho a vivir nuestra vida de manera ejemplar y, al finalizar nuestro camino, dejar una imagen luminosa digna de perdurar en la memoria de las personas. Estas palabras cobran especial relevancia al hablar de don Humberto Martínez de León, una figura cuyo legado trasciende el tiempo y sigue vigente entre nosotros.

Su visión, adelantada a su tiempo, y su perseverancia digna de un Quijote, nos han heredado su obra más grandiosa: la creación de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA). Esta es la historia de un hombre cuya influencia en Aguascalientes es indeleble.

El sueño que germinó de una frustración

Don Humberto decía que nada es tan poderoso como enamorarse de un ideal. Su objetivo de tener una carrera profesional lo motivaba como ninguna otra cosa, pero la imposibilidad de estudiar en Aguascalientes por la falta de oportunidades segó su anhelo. Pensó en ir a otra ciudad, pero la situación económica de su familia lo impidió. Llegó a confesar cómo sintió mutilado el sueño de su vida. 

Tomó por correspondencia cursos de contabilidad de la Escuela Bancaria y Comercial, así como cursos fiscales en la Secretaría de Hacienda cuando fue empleado de la Oficina Federal de la dependencia. Sus conocimientos lo condujeron a abrir un despacho contable que se hizo de renombre no solamente en Aguascalientes, sino en ciudades aledañas.

Su capacidad llevó al gobernador Luis Ortega Douglas (1956-1962) a nombrarlo tesorero general del Estado. Poco tiempo después, se presentó la posibilidad de cristalizar su deseo vital: estudiar la licenciatura de Contaduría Pública en la Universidad de Guadalajara. “Muchos estudian la carrera con la ilusión de desempeñar algún día las funciones que tú tienes”, le dijo el mandatario; él no vaciló y persiguió su sueño. 

Al regresar a Aguascalientes, se incorporó como profesor en el Instituto Autónomo de Ciencias y Tecnología (IACyT). Su ímpetu y compromiso por la educación lo volvieron luego director de la Escuela de Contador Privado. Ahí, creó las licenciaturas en Contador Público y Administración de Empresas, con el interés de profesionalizar la educación en Aguascalientes.

En 1971, la Honorable Junta de Gobierno del IACyT lo designó rector del instituto para el período 1972-1974. “Me propuse, desde ese momento, aprovechar al máximo la oportunidad que se me brindaba para cumplir mi sueño de evitar que en Aguascalientes los jóvenes tuvieran que sufrir la carencia de oportunidades de educación superior que yo viví”.

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