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Una vida dedicada a las artes plásticas: Edgardo Regil de Alarcón

Edgardo Regil de Alarcón

Edgardo Regil de Alarcón es heredero de las primeras generaciones de artistas plásticos que se formaron en las aulas del Instituto Potosino de Bellas Artes (IPBA). Joven, con 16 años y de una apariencia escuálida, como así se recuerda, ingresó a los 24 meses después de inaugurar el espacio que profesionalizó el arte en San Luis Potosí

Contagiado por temas patrióticos de la historia mexicana y de la anatomía humana, aprendió técnicas pictóricas como acuarela, temple, al fresco, acrílico o pastel para transmitir sus ideas a través del dibujo, la pintura y el retrato. 

65 años han transcurrido desde su etapa como estudiante, pero Edgardo aún demuestra gratitud con los maestros que lo impulsaron a desarrollar su talento tanto en la teoría como en la práctica. En la escuela era un estudiante, pero cuando requería dinero era ayudante en los trabajos espontáneos de sus profesores. 

Edgardo Regil de Alarcón

Reitera su beneplácito en forma de lista para honrar la memoria de quienes fueron sus principales influencias en una época donde las expresiones artísticas eran pocas en la entidad: Juan Blanco, Primitvo Osoria, Xavier González  Iñiguez y Raúl Gamboa

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En un plano internacional, las obras que ha pintado han sido enviadas a países como Estados Unidos, Canadá y de Sudamérica. Mientras que en México, ha realizado obras para dependencias de gobierno como la Secretaría de Hacienda y Crédito Público; de Salubridad o el departamento agrario.  

Del mismo modo, ha colaborado con el gobierno estatal para exponer pinturas y trabajos en aserrín en Semana Santa, Día de Muertos y Navidad

Entre sus trabajos destacados, participó en la restauración del Museo de la Máscara en 1981, donde recuperó las figuras deterioradas mediante técnicas de temple y óleo. Asimismo,  enriqueció los interiores del internado Casa Don Bosco. «La ciudad de los niños» con un aproximado de 48 murales que terminó a lo largo de cuatro años. 

La creación empieza desde lo básico 

Como alumno y maestro del propio instituto donde se forjó, explica que todo creador puede tener su propio estilo, pero con ideas claras y sin improvisar. Recomienda partir de la base primordial como es el dibujo junto al conocimiento de color, composición, geometria, formas y movimiento de los personajes. 

A mi siempre me ha gustado el arte figurativo porque es lo que puedo ver, enseñar y sentir. Lo abstracto no me deja nada, pero respeto a los que se dedican a ese estilo”, expresó. 

Y es que a partir del dibujo, agrega, pueden surgir nuevas ideas que ayuden a definir el tema de la obra. 

En mi caso particular, hago una especie de lineamiento, donde cruzó líneas de esquina a esquina, del centro al otro extremo o en forma vertical. Sobre esa geometría que arme empiezo a desarrollar figuras con el tema definido o el que se me ocurra en ese momento”, explica. 

Finalmente, destaca que en San Luis Potosí hay un auge por las artes plásticas entre las nuevas generaciones, lo único que hace falta son espacios para exponer sus trabajos donde el público aprecie las nuevas ideas. 

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