El descubrimiento de la vocación profesional está relacionado a una serie de sucesos fortuitos. Las pistas caen conforme nos adentramos en la madurez, aun con temprana edad. En este camino influyen las imágenes que se suceden en el exterior y la forma en la que las asimilamos. Un ejemplo de ello es Enrique Argüelles Robles, médico destacado de la escena zacatecana.
Esta historia empieza algunos kilómetros fuera del estado. Los padres de Enrique provenían de Monte Escobedo, Zacatecas y Mezquitic, Jalisco. El contexto histórico de la primera mitad del siglo XX los obligó a trasladarse a Aguascalientes, ciudad donde nacieron sus hijos.
A los 7 años Enrique presenció la pérdida de su padre y, posteriormente, la de su madre. A esa altura de su infancia acompañaba a sus mayores a buscar al médico para solicitar la atención domiciliaria. Desde ese momento se empezó a formar una imagen concreta de lo que era el servicio en la salud:
“Recuerdo la figura del médico como un personaje social, buscado y lleno de esperanzas para los enfermos. Su vestir y comportamiento al hacer la receta en la cabecera del enfermo, me dejó una idea de cómo debía ser ese trabajo. Eso fomentó mi vocación”.
Al fallecer su madre se instalaron en casa de su abuela materna. Cursó sus estudios hasta la preparatoria en el Instituto de Ciencias de Aguascalientes. Luego se trasladó a la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), de la cual egresó como médico cirujano.
Por razones familiares se mudó a Zacatecas, para estar cerca de su hermano Rafael que vivía en Jerez de García Salinas. Aunque no pertenecía a este estado, fue el sitio donde su carrera profesional adquirió mayor fuerza. En ese periodo Ingresó al Instituto de Ciencias de Zacatecas a dar clases de medicina y preparatoria, fundamentalmente de la materia de «Química Fisiológica».
Cuando el Instituto se transformó en la Universidad Autónoma de Zacatecas (UAZ), Enrique Argüelles continuó dando la materia de «Bioquímica» en las licenciaturas de Veterinaria, Ciencias Químicas, Enfermería, etc. El 8 de febrero de 1968 fue miembro fundador de la Unidad Académica de Medicina y su primer director durante 7 años.
Participó en la estructuración del programa académico de la Unidad, lo cual asumió con mucho interés y entusiasmo. Estas bases le permitieron asegurarse un lugar privilegiado en la historia educativa y formativa de Zacatecas.
Logros de una mente visionaria
Los logros del Dr. Enrique Argüelles conforman una lista bastante nutrida que sobrepasan el ámbito médico. Fungió como vocal en la Fundación de la Comisión Estatal de Derechos Humanos y fue vicepresidente de Enseñanza e Investigación Superior de Zacatecas.
Además de sus contribuciones en la UAZ, fue parte de la Comisión Fundadora del Campus Zacatecas del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey. Asimismo, fue presidente del Consejo Estatal de Bioética en su Fundación.
Es ex secretario permanente de la Junta de Gobierno de los Servicios de Salud en el Estado de Zacatecas. Ha escrito diversos artículos médicos y es coautor de libros de Dermatología, pues contó con la formación del Dr. Fernando Latapí, eminencia en la disciplina.
Entre sus logros más recientes están haber recibido en 2018 un diploma y medalla conmemorativa del «75 aniversario de la creación de la Secretaría de Salubridad y Asistencia de México»; así como una medalla y diploma como premio al «Mérito Médico Estatal», junto a otros colegas de otros estados de la república.
Para el Dr. Argüelles el camino de la medicina está íntimamente ligado a la transmisión de conocimientos. Al haber colaborado con las instituciones educativas se ha asegurado de construir un legado para Zacatecas.
Al final del día, Argüelles no sólo es un médico ejemplar, se convirtió en la imagen servicial que vislumbró desde niño. Tomó los valores esenciales de la profesión y los asimiló hasta que formaran parte de su vida cotidiana.