El ingeniero Gerardo Meave, director de E-Beam Agroindustrial es un amplio conocedor de las bondades que ofrece la tecnología en haces de electrones/rayos X. Hace unos años, trabajó en el establecimiento de una planta similar a la de E-Beam en Tijuana orientada a la esterilización de productos médicos desechables.
Tras el éxito de aquel complejo, el director de E-Beam señala que la idea de instalar una planta de irradiación de alimentos nació en 2018, tras observar el gran potencial que guardaba este tipo de tecnología para el país.
La irradiación a través de haces de electrones/rayos X se ha posicionado como una técnica de oro por múltiples razones:
- Previene las enfermedades transmitidas por los alimentos, al eliminar de manera efectiva los organismos que causan padecimientos como la Salmonella y Escherichia coli.
- Destruye e inactiva los organismos que causan el deterioro y la descomposición.
- Prolonga la vida útil de los alimentos en los anaqueles.
- Es una excelente herramienta para destruir insectos en o sobre frutas importadas y exportadas, por lo que disminuye el uso de otras posibles prácticas que pueden dañar la fruta (como plaguicidas).
- Inhibe la germinación y retrasa la maduración de la fruta para aumentar su longevidad.
- Aumenta la calidad de los productos al no impactar en sus cualidades organolépticas.
- Es efectiva en la esterilización de alimentos que pueden almacenarse años sin refrigeración. La FDA señala que los alimentos esterilizados son útiles en hospitales para pacientes con sistemas inmunológicos debilitados (como pacientes con SIDA o con quimioterapia).
“Esta es una técnica de oro, aceptada por más de cincuenta países y cada vez con mayor apertura y conciencia”, expresa la doctora Lydia Paredes Gutiérrez, directora de Investigación y Desarrollo en E-Beam Agroindustrial y especialista en Ingeniería Nuclear.
Además de abrir nuevos mercados de comercialización de los productos, la especialista enfatiza que otra razón por la que esta vanguardista tecnología se ha vuelto tan importante radica en las afectaciones que tiene el cambio climático a la agricultura.
“El cambio climático también golpea a los microorganismos patógenos, dado que están mutando muy rápido y necesitamos nuevas tecnologías que nos permitan controlarlos. Los haces de radiación son muy eficientes en esta tarea sin subir la temperatura del producto ni generar cambios relevantes en él”, agrega.