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Una gran familia llamada La Huerta

José Arteaga Niepmann

Lo que hace 65 años nació como una pequeña empresa familiar en el Rancho Medio Kilo en Aguascalientes, hoy es una de las compañías agroindustriales más reconocidas en México y el mundo: Frigorizados La Huerta.

No cabe duda que el prestigio que ha forjado la empresa fundada por Don José Arteaga Campos obedece a múltiples factores, como la calidad innegociable de sus productos. Gracias a ella, La Huerta cuenta actualmente con seis marcas de alimentos, más de 260 productos, y exporta a más de once países de Norteamérica, Europa, Asia, Oceanía y Centroamérica.

En ese sentido, existe un elemento diferenciador que la familia Arteaga ha procurado por más de seis décadas: darle el máximo valor a su capital humano.

Esta filosofía no se vio mermada frente a la pandemia. “Tuvimos que implementar muchos protocolos para proteger a la gente, porque en el campo no te puedes detener. Contratamos más médicos para atender a nuestros empleados y sus familiares», recuerda Don José Arteaga Niepmann, hijo del fundador Arteaga Campos y actual director de La Huerta.

La Huerta: Una cultura de equipo

La responsabilidad social que tiene la compañía hidrocálida de alimentos congelados se ha traducido en diversas iniciativas: la construcción de una ciclovía de dos km para dar mayor seguridad en los traslados a sus trabajadores, el apoyo educativo a sus empleados y sus hijos para completar su formación a través de becas en distintos niveles, entre otras.

Arteaga Niepmann señala que esa vocación altruista “es un proyecto de mi padre. Desde que él empezó a trabajar, trató de pagar un poquito más que los demás”. Agrega que una de las cosas que más le causa satisfacción es cómo esa cultura ha permeado al interior de la organización.

Ya no es nada más la empresa dando la mano a los colaboradores, productores o a la comunidad, sino que ahora los mismos empleados están haciendo grupos de ayuda para otras personas. Se va haciendo una cadena de favores que me ha gustado mucho”, indica.

Unidad, un pilar de vida

Derivado de lo anterior, no es de extrañar que el directivo de La Huerta considere que uno de los pilares para la longeva trayectoria de la empresa —aún frente a todos los obstáculos (entre ellos, quiebras por fenómenos climáticos o crisis económicas)— sea la unidad entre todas las áreas de la organización.

En todas las crisis que hemos tenido, hemos gozado de un apoyo muy importante de los colaboradores. En una de las quiebras, vinieron y dijeron: ‘bájenos el sueldo a la mitad, pero vamos sacando esto adelante’. Así lo hicimos un tiempo y después se les repuso. Por eso decimos que el factor humano es lo más importante para nosotros”, reflexiona don José.

Igualmente, asevera que su padre fue su gran ejemplo de vida: “siempre llevamos una bonita amistad. Él fue mi gran maestro”. 

Como ejemplo, entre las grandes enseñanzas que don Arteaga Campos le dejó, señala el director actual de La Huerta: puedes “pasarle” muchas cosas a tus empleados (errores, equivocaciones, etcétera), lo único que no puedes permitir es la deshonestidad y la falta de respeto hacia los demás.

Nosotros hemos tratado de seguirlo siempre y nos ha dado muy buen resultado: tener una línea en la que no puedes ser deshonesto contigo, ni con los demás, ni con la empresa. Eso les da confianza y fuerza a los mismos trabajadores y a nosotros para mantener una línea”, finaliza.

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