Bélgica no figura dentro de los principales socios comerciales de Aguascalientes. En los últimos 20 años, esta nación ha invertido 72 millones de dólares (mdd) en la entidad, cifra que contrasta con la inversión europea hecha por Alemania (659.7 mdd), España (419.8 mdd) y Francia (163.1); y palidece aún más con el capital japonés (5,365.7 mdd) y estadounidense (2,244.6 mdd).
Lo anterior puede deberse -en parte- a que la industria automotriz no goza de tanta relevancia en la economía belga como sí lo hace en la hidrocálida; sin embargo, esto no debe significar que no exista potencial para reforzar lazos con el país europeo. Al contrario: Aguascalientes puede ver en Bélgica un espejo en el cual mirarse ante el proyecto de diversificación económica emprendida por el Gobierno del Estado:
“A principios del siglo XX, Bélgica era un país caracterizado por la extracción de carbón y producción de acero; pero al término de la Segunda Guerra Mundial, los costos se elevaron y eventualmente tuvimos que encontrar otras oportunidades y transitar hacia otras industrias más involucradas con la tecnología, la investigación y el desarrollo, el sector médico y farmacéutico”, refiere para Líder Empresarial Antoine Evrard, embajador de Bélgica en México.
“Sin embargo, la migración hacia otros sectores fue un proceso largo; por ejemplo, supuso un reto educativo para formar a los jóvenes para un nuevo mercado, más moderno. El periodo de transición fue complejo”, dice.
Aguascalientes quiere apostar por nuevos mercados con la finalidad de no depender tanto de la industria automotriz y minimizar los riesgos de convertirse en un nuevo Detroit. En este sentido, Bélgica puede convertirse en un aliado importante para potenciar el proyecto, pues de los siete sectores estratégicos identificados por el Gobierno del Estado para apuntalar el desarrollo económico de la entidad, la nación europea es punta de lanza en cuatro: Productos químicos, Agroindustrial, Servicios de salud especializados e Investigación.
“[Para lograr esto] hay que establecer contactos para que las empresas belgas volteen a ver a Aguascalientes y vean las condiciones de infraestructura, educativas, de seguridad, etcétera, y decidan invertir aquí. Hay que guiar al inversionista (belga), pero para ello es necesario identificar claramente qué tipo de sector y actividades son promisorias para nosotros establecer el contacto”, opina el embajador.