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Inversiones: Un instrumento poco usado para optimizar los ingresos

Una de las bondades de finalizar un año e iniciar otro son los incentivos económicos que se reciben: prestaciones laborales como el aguinaldo, las utilidades o algunos tipos de bonos de productividad, aunados a estímulos monetarios provenientes de algún familiar, hacen que las cuentas bancarias se vean más rebosantes de lo que suelen observarse habitualmente.

Si tras hacer frente a los gastos característicos de esta época, aún te queda algo de dinero, es común que te preguntes qué hacer con él. Ante esta situación, se abre un abanico de posibilidades que puedes explorar para que esa fortuna no se dilapide, y más bien, trates de optimizarla y sacarle rendimiento. Una de esas alternativas es la inversión. Para adentrarnos en el tema, Líder Empresarial platicó con Nicolás Olea, socio líder de Administración de Riesgos Financieros de la firma KPMG en México.

Para el especialista, es muy importante que una persona, independientemente de su edad y de sus objetivos, valore constantemente la oportunidad de invertir sus excedentes en activos financieros o reales. ¿Por qué? Por los conceptos de ahorro e inversión, “críticos en cualquier planeación patrimonial”; pero estas dos prácticas no están tan arraigadas en la cultura de los mexicanos. De acuerdo con la Encuesta Nacional de Inclusión Financiera 2015 hecha por la Comisión Nacional Bancaria y de Valores (CNBV), en 2015 sólo el 1 por ciento de la población adulta contaba con una inversión como producto de ahorro formal. Por eso, si decides invertir, es prudente que sepas unas cuantas cosas.

Perfilamiento del inversionista

Antes que nada, tienes que determinar tu perfil como inversionista para saber qué es lo que mejor se adecúa a tus intereses. No te preocupes si no lo sabes, puedes obtener ayuda de las entidades financieras. “De manera normativa, hay una regulación asociada al tema de práctica de ventas que conmina a los asesores patrimoniales adscritos a entidades supervisadas por la CNBV, para que orienten de manera adecuada a sus clientes y no les propongan productos que no sean congruentes con su perfil”, explica Nicolás.

En este sentido, las Sociedades de Inversión Especializada en Fondos para el Retiro (SIEFORES) pueden ser una alternativa. Fungen como fondos de inversión de las AFORES para generar rendimientos a los recursos de los trabajadores, y cada individuo es asignado a uno de ellos según su edad y el tiempo restante para su jubilación. Bajo rigurosas medidas prudenciales, cada SIEFORE tiene sus propias reglas y límites de inversión para los instrumentos en los cuales se invierte el dinero del trabajador.

Nicolás Olea hace énfasis en que la persona debe entender en qué punto de su vida se encuentra: considerar su nivel de excedentes, sus necesidades, las exigibilidades de flujo y pago, entre otros aspectos, para así determinar, con la ayuda de un asesor, el instrumento de inversión que empate con sus expectativas de salida de inversión y no violente su ritmo de vida.

Otro aspecto importante es el tema inflacionario ─el cual incide sobre el costo de bienes y servicios─, que el activo de inversión deberá tener en cuenta: “Por eso, hay instrumentos como las rentas vitalicias que tratan de ofrecer un rendimiento por encima de la inflación a fin de no erosionar los réditos».

Sumado a lo anterior, las características y los riesgos de los instrumentos de inversión serán la base de nuestro horizonte de elección. “Habrá que ver si pagan o no pagan flujo, o si hasta dentro de 10 o 15 años, como pueden ser los Certificados de Capital de Desarrollo”.

Sí a la diversificación, no al anchoring

Al invertir es importante procurar seguir uno de los máximos principios de las finanzas: diversificar. Nicolás Olea sugiere contar con una cartera balanceada en la cual puedas obtener un desempeño sustentable y con cierto crecimiento, para que tu patrimonio no sea vulnerable ante la aparición de factores exógenos que puedan mermarlo.

«Así, los factores exógenos podrían incidir en el portafolio, pero no llegarían a colapsar el rendimiento. Incluso puedes contar con instrumentos que podrían verse beneficiados por esas variables ajenas, de tal manera que éstas puedan ser inmunizadas y compensadas por el desempeño de otros activos que tienen una correlación contraria a los efectos adversos que experimentó una parte del portafolio”.

Lo contrario de la diversificación es el anchoring, es decir, la concentración o sesgo hacia un solo tipo de activos: «Si el riesgo de esos activos se materializa y te genera pérdidas, tu exposición es muy alta y el daño patrimonial es muy grande».

FIBRAS, una opción cada vez más valorada

No son activos financieros, pero se han convertido en una alternativa de inversión valorada en el país. Son los Fideicomisos de Inversión en Bienes Raíces (Fibras), fondos que adquieren activos de bienes raíces y los rentan. Son atractivos porque te darán un perfil como si fueras el dueño de los activos, por lo cual gozas de los beneficios del arrendamiento. Si esos activos se aprecian, tu certificado fiduciario asociado a esa inversión también se aprecia. «Puedes invertir de acuerdo con tu capacidad de inversión, a diferencia de tener que adquirir toda una casa o comprar un local comercial y rentarlo”.

Una de las recomendaciones finales de Nicolás Olea es encontrar un balance entre liquidez (cualidad de monetizar el activo de forma inmediata sin que se deprecie considerablemente) y riesgos. Hay que monitorear constantemente los rendimientos de cada uno de los activos, irlos reconstituyendo y reasignando; quizá salirse de unos y redirigir los fondos a otros.

“Puede ser en instrumentos híbridos como las notas estructuradas, activos financieros, bonos convertibles contingentes, activos alternativos. Todo depende de para cuándo quieres el retorno de la inversión, cómo serían las salidas, y eso te dará la pauta para determinar qué instrumentos elegir; pero siempre con diversificación”.

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