Lector empedernido toda su vida, Carlos Reyes Sahagún ha volcado su vocación literaria a través de diferentes géneros a lo largo de las últimas décadas. Quizá su faceta más reconocida como escritor sea la de cronista del estado, título que recibió en 2001 por parte del gobernador Felipe González.
“Fue un honor muy grande, muy importante, porque me permitió conocer Aguascalientes mejor de lo que lo conocía hasta aquel momento. Tengo un sentido muy fuerte de la identidad, prácticamente he vivido toda mi vida aquí. Me siento muy arraigado”, menciona.
Su faceta como cronista se remonta muchos años antes. En la década de los 80, Reyes Sahagún fue una de las plumas pioneras del suplemento cultural “El Unicornio” de El Sol del Centro, algo que recuerda con franco orgullo.
El recién nombrado director general del Instituto Cultural de Aguascalientes (ICA) rememora que empezó escribiendo crónicas políticas, como aquella dedicada al lanzamiento del Frente Democrático Nacional en Aguascalientes. Sus textos y artículos lo encaminaron a recibir en 1993 el Premio Estatal de Periodismo.
Pero una de sus obras favoritas fue la cobertura de la visita a Aguascalientes del Papa Juan Pablo II. También recuerda con cariño su época como guionista del Ferial de Aguascalientes (1994, 1996-2004).
Distinguido catedrático en el Centro de Ciencias Sociales y Humanidades de la Universidad Autónoma de Aguascalientes (UAA), Reyes Sahagún también cuenta con experiencia en el sector público: fue asesor en el Gobierno de Otto Granados y fungió como responsable de las Casas de la Cultura y Bibliotecas Públicas del ICA bajo la dirección de Alejandro Lozano.
“Me encargué de todo lo que no era Aguascalientes [capital]. Fue una experiencia inolvidable y yo diría que envidiable: quienes vivimos en la ciudad no tenemos mucha idea de lo que ocurre en otros lugares. Esa posición me permitió abrir por mucho el horizonte de conocimiento de nuestro estado”, afirma.
Reyes Sahagún ha sido un asiduo seguidor de múltiples manifestaciones artísticas y culturales. A su juicio, considera que el arte y la cultura son la cúspide del desarrollo de las personas:
“Satisfacen nuestras necesidades espirituales, nuestras necesidades de racionalidad«, puntualiza.
Con prácticamente toda una vida ligada al plano cultural, su reciente nombramiento como nuevo director general del ICA supone para él un privilegio enorme:
“Me pone en el centro de una dinámica que ha sido parte de mi vida durante 40 años. Siempre he estado relacionado con los temas artísticos y culturales por decisión, por convicción (…) No soy nuevo en esto y por eso me siento muy honrado”, reflexiona.
Con tiempo limitado -la actual administración termina su periodo en 2022-, señala que el ICA tiene como objetivo facilitar la labor de los artistas y servir de puente entre estos y el público.
Finaliza compartiendo su interés por establecer un Centro de Memoria Ferrocarrilera, dada la importancia que tuvo esta industria para la entidad. “Creo que sí se podrá realizar porque implica más talento que dinero”, concluye.