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Un consumidor de nueva generación

Mucho se habla sobre las diferentes generaciones. Cuando buscamos definir el público objetivo para un mensaje determinado usualmente empezamos por segmentar de acuerdo a género, nivel socioeconómico y edad, entre otras cosas. Tratamos de entender a nuestros clientes según las características comunes que pueden tener partiendo del su fecha de nacimiento y los agrupamos en una generación específica. Así, los Baby Boomers nacieron entre 1946 y 1964 aproximadamente, la Generación “X” se acerca peligrosamente a cumplir los cincuenta, la Generación “Y” nació en los años 80’s y 90’s y la generación más reciente que, siguiendo el alfabeto, nos ha dado por denominar “Z” cuenta entre sus integrantes de mayor edad a personas entrando a la adolescencia.

De todos ellos, últimamente la atención se ha concentrado en la “Generación Y” -también conocida como “Millennials”-, a quienes se les considera los próximos llamados a comerse el mundo y transformar a las organizaciones. Frecuentemente descritos como jóvenes independientes con un poder de compra interesante, gran confianza en sí mismos, dispuestos a seguir sus sueños, arriesgarse y aprender, entre otros atributos, entienden cómo funciona esta sociedad hiperconectada y saben convivir con la tecnología y aprovechar las posibilidades que les brinda en todos los aspectos de su vida.

Miembros activos y dominantes de otro grupo que no está definido tanto por edad sino por factores que afectan considerablemente sus hábitos de consumo y que se ha denominado “Generación C”, un término acuñado por Nielsen and Booz Allen Consulting[i] refiriéndose a un consumidor conectado o, como Google lo plantea, a un consumidor que:

Si bien esta tribu digital está compuesta en su mayoría por Millennials, también incluye a personas de otras generaciones pues formar parte de la Generación C tiene mayor relación con la conectividad y la manera en que el usuario se relaciona con una comunidad en Internet y busca y comparte información, que con los años cumplidos.

Lo que es un hecho es que hablamos de un cliente diferente, dispuesto a investigar sobre nuestra oferta de productos y servicios, comparar y preguntar a otras personas en quienes confía antes de comprar y que, una vez realizada la compra, no teme compartir su opinión sobre la misma en los diferentes medios a su alcance. Es una generación que participa y se involucra en proyectos, deseosa de interactuar incluso con nuestra marca siempre y cuando le brindemos contenido interesante e información que considere útil.

¿Cómo atender adecuadamente a un consumidor que se sale de los esquemas clásicos y qué ya no toma como fuente principal la información que le brinda la empresa sino que prefiere escuchar a la gente a su alrededor, cuestionar y buscar alternativas a lo que nosotros presentamos?

Como siempre. Teniendo claro que de lo que se trata es de encontrar la manera de crear una relación duradera con el cliente, entendiendo sus necesidades, creando bienes que las satisfagan y aprendiendo a convivir con el en este nuevo entorno. La generación C representa una oportunidad única para las organizaciones pues podemos lograr una mayor cercanía con nuestro consumidor conectado siempre y cuando estemos dispuestos a reinventar las estrategias de comunicación clásicas y busquemos formas innovadoras de captar su atención.

[i] Ver: https://www.thinkwithgoogle.com/articles/the-power-of-gen-c-connecting-with-your-best-customers.html

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