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Tulum: La muralla del Caribe

Tulum es considerado uno de los lugares más representativos de Quintana Roo. ¿Acaso será por la imponente vista que ofrece al Mar Caribe con sus increíbles tonalidades turquesas? ¿O será quizá por los vestigios de la enigmática cultura maya que yacen en él? Localizado al sur de la ciudad de Cancún, fue declarado Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO y recibió la distinción de Pueblo Mágico en 2015.

De acuerdo con información del INAH, en el siglo XVI Tulum tenía el nombre de Zamá, que significa ‘mañana’ o ‘amanecer’; pero con el paso de los años recibió su denominación actual, que se traduce como ‘muralla’ o ‘palizada’.

Este pueblo mágico forma parte de un gran asentamiento prehispánico al que también pertenece el sitio de Tancah, ubicado tres kilómetros al norte. Los estudios arqueológicos indican que fue una de las principales ciudades mayas entre los siglos XIII y XIV.

La zona arqueológica

Uno de los principales atractivos de Tulum es la zona arqueológica, la cual recibe a más de un millón de turistas cada año. El lugar se localiza en el kilómetro 230 de la carretera federal Chetumal-Cancún y se puede acceder fácilmente a él por la carretera federal 370.

Si viajas a Cancún, prácticamente en todos los hoteles se ofrece el tour para conocer Tulum y otros atractivos del área. Una de las bondades de estos recorridos es la asistencia de los guías, quienes ofrecen una explicación detallada de la historia del sitio.

El recinto amurallado tiene 25 estructuras principales, entre templos y palacios; todas han sido exploradas y restauradas por los investigadores del INAH. Además, posee algunas de las pinturas murales mejor conservadas del mundo maya.

Los edificios tienen el estilo conocido como Costa Oriental, característico de la arquitectura posclásica de aquella región. Hay templos en miniatura, adoratorios dentro de adoratorios (pequeños edificios dentro de uno mayor), construcciones con muros intencionalmente desplomados, así como palacios con techos planos y vestíbulos que sustituyeron a las cubiertas abovedadas características de edificios mayas más antiguos.

La mayor parte de las construcciones de la zona arqueológica están custodiadas en sus entradas por la representación de un dios descendente, el cual parece haber sido la deidad protectora de la ciudad. Este dios es una representación del Dios del Maíz y se piensa que tenía relación con el nacimiento y renacimiento de los humanos como planta de maíz, metáfora que puede haber estado presente en el concepto de la ciudad misma, la cual mira hacia el lugar de la salida del sol.

Según las investigaciones hasta ahora realizadas, se cree que a la llegada de los españoles, el área de Tulum-Tancah pudo haber tenido una población de hasta 15,000 personas y pudo estar habitada durante aproximadamente 750 años.

El principal distintivo de Tulum es la muralla que delimita al conjunto principal por sus lados norte, sur y oeste, mientras que el sector oriental mira al mar Caribe; tiene cinco accesos y dos torres de vigilancia.

El sitio está presidido por El Castillo, el basamento más alto, que conserva un templo con tres accesos ornamentados con columnas serpentinas y dos mascarones zoomorfos en las esquinas. Al frente, hay una plataforma para danzas, y al suroeste se encuentra el Templo de la Serie Inicial.

Al norte está el Templo del Dios Descendente, con un pequeño basamento sobre el que se construyó un edificio decorado con la imagen de esa deidad, principal elemento iconográfico del sitio. Frente a este conjunto está la calzada principal.

Uno de los edificios con mayor trascendencia es el Templo de los Frescos, cuyas pinturas murales retratan a una serie de seres sobrenaturales residentes del inframundo; estas constituyen uno de los más importantes testimonios de la pintura mural maya prehispánica.

Al recorrer la calzada, se puede ver los palacios conocidos como la Casa de las Columnas y la Casa del Halach Uinik.

En el acceso noreste, la Casa del Cenote documenta la importancia que dieron los mayas al culto acuático vinculado a los cenotes, y cerca de allí se observa el Templo del Dios del Viento, nombrado así por su basamento circular, relacionado con Kukulcán.

Otros edificios del complejo son: Plataforma Habitacional, Casa de Chultún, La Gran Plataforma, Plataforma 13, Casa del Noreste, Conjunto de Palacios y Templo del Mar.

Si vas a visitar la zona arqueológica, es recomendable que vistas ropa fresca y calces zapatos cómodos; también lleva protector solar y agua.

Ten en cuenta que la zona no tiene estacionamiento, así que si llevas auto tendrás que dejarlo en el centro comercial que se encuentra cerca. De este punto al área de acceso de Tulum, hay una distancia de un kilómetro, el cual puedes recorrer a pie o a bordo de un tren.

Playa de Tulum

Para disfrutar de la hermosa playa, solo es necesario descender una escalera que está habilitada dentro de la zona arqueológica. Puedes acceder a ella con traje de baño y toalla para nadar.

Sistema Sac Actun

La riqueza de Tulum, y en general de Quintana Roo, parece interminable. En febrero de este año se dio a conocer que se buscará que Sac Actun, que significa ‘cueva blanca’, sea declarado Bien Mixto por la UNESCO, con lo cual se estará reconociendo su valor natural y cultural.

Sac Actun es el sistema de cavernas inundadas más grande del planeta. Un conjunto de cavidades interconectadas que suma 347 kilómetros, pero que de comprobarse su conexión con otros sistemas aledaños, podría medir hasta 1,000 kilómetros. Aloja restos humanos y faunísticos de distintas épocas.

Se han localizado 248 cenotes que sirven de entrada y 198 contextos arqueológicos, de los cuales 138 parecen estar vinculados a la civilización maya, y en al menos dos se han encontrado restos óseos de individuos precerámicos con una antigüedad mínima de 9,000 años.

Otros atractivos que puedes visitar

Tulum no solo es la zona arqueológica, también tiene otros sitios que puedes conocer y que son un regalo de la naturaleza. Muchos de estos recorridos son ofrecidos en los hoteles, o bien, en las principales calles de Cancún.

En el Gran Cenote de Tulum podrás maravillarte con las distintas tonalidades que se reflejan en el agua. Ahí puedes nadar, practicar esnórquel o bucear entre las cavernas, mientras encuentras tortugas y pececillos.

Desde playa Paraíso, una de las mejores de la Riviera Maya, se organizan excursiones a la famosa Barrera de Coral Mesoamericana, que tampoco te puedes perder.

El Parque Natural Aktun Chen salvaguarda diferentes especies de flora y fauna. En él, hay una cueva en la que puedes entrar y asombrarte con las estalactitas y columnas. Si te gusta la aventura, puedes lanzarte de la tirolesa, o bien, sumergirte en el río subterráneo; pero si prefieres algo más tranquilo, puedes caminar por los senderos y apreciar la vegetación y las diferentes especies de animales (monos araña, pecaríes de collar blanco, agutíes, pericos, tucanes, entre otros).

La Reserva de la Biósfera Sian Ka’an abarca playas, arrecifes de coral, selva tropical, dunas y cenotes en medio millón de hectáreas. Su nombre significa ‘donde nace el cielo’. Posee vegetación endémica y 47 kilómetros de litoral con playas vírgenes de fina arena blanca.

Por supuesto, no te puedes ir sin haber disfrutado de la gastronomía del lugar, la cual tiene como base los mariscos. De entre sus platillos, destaca el Tikin-xic, un pescado horneado bajo tierra o preparado a las brasas, aderezado con achiote, camarones al mojo de ajo, ceviche y balché (jugo fermentado de la corteza del árbol del mismo nombre).

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