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Trump, las empresas automotrices y su permanencia en México

El ahora presidente de Estados Unidos, Donald Trump, utilizó como argumento de campaña los miles de empleos que se han perdido en su país, debido a que muchas empresas han enviado sus inversiones a otras partes del mundo, sobre todo a México; hecho promovido, entre otros factores, por el bajo costo de la mano de obra mexicana.

Una de las principales amenazas lanzadas por el nuevo gobernante con el fin de recuperar todos esos empleos, es la incorporación de un impuesto adicional a los productos de aquellas firmas estadunidenses que sean fabricados en otras naciones, sobre todo en México y China.

Y el panorama se torna un poco más oscuro cuando se habla del Tratado de Libre Comercio de América del Norte, mediante el cual se establecieron incentivos para los intercambios de mercancías y servicios entre los países de dicha región. Ahora, el presidente Trump ha decidido que el tratado no le beneficia a su nación; por eso, es necesario re analizarlo y renegociarlo para decidir si permanecen o no en él.

Esta situación llevó a las diversas empresas automotrices, con armadoras en la república mexicana, a reconsiderar la instalación de nuevas plantas en México (algunas de ellas ya a punto de instalarse). El caso más sonado –y a la vez criticado– es el de Ford Motor Company que, en enero pasado, anunció la retirada de la planta que establecería en San Luis Potosí, lo cual significó para el estado una pérdida en inversión extranjera de poco más de 1,600 millones de dólares y alrededor de 3,000 empleos directos.

La fuerte decisión de Ford llevó a que otras automotrices manifestaran sus posturas respecto a su permanencia en el país. Hasta este momento, ninguna de ellas ha decidido seguir los pasos de su competidor estadounidense.

Por ahora, no se prevén más noticias de retiro de inversión de empresas de esta industria, debido a que son pocas las provenientes de EUA; de hecho, las de mayor volumen de producción son de origen japonés (como Nissan, Toyota y Honda). A pesar de esto, no hay que olvidar que la mayor parte de las exportaciones de la república mexicana tiene como destino a su vecino del norte, y los autos no son la excepción.

Así pues, en caso de materializarse las propuestas de Trump, las compañías automotrices sí podrían reconsiderar su permanencia en México, lo que a todas luces traería consigo un importante impacto negativo.

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