El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, impuso aranceles del 20.91% al jitomate mexicano. Asimismo, la noche de este lunes, el Departamento de Comercio de EE.UU. precisó que a partir del 14 de julio se aplicará un impuesto a la mayoría de las importaciones de este producto.
Cabe destacar que en 2024, Estados Unidos importó jitomates mexicanos por 3 mil 243 millones de dólares, 15% más que el año anterior. Incluso, 86% del tomate que cruza hacia el norte proviene de México, un flujo comercial constante que lleva décadas abasteciendo al mercado de ese país.
¿Por qué Estados Unidos impone aranceles al jitomate mexicano?
Por su parte, según el Departamento de Comercio, la decisión responde al retiro del Acuerdo de Suspensión de Tomate (TSA, por sus siglas en inglés), firmado por última vez en 2019 durante la primera administración Trump. En tanto el argumento es que el pacto ya no protege “de forma justa” a los productores locales, en especial a los de Florida, quienes han acusado sistemáticamente a sus pares mexicanos de prácticas de dumping.
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Es importante señalar que el dumping, en términos simples, se refiere a vender a precios por debajo del costo real para desplazar a competidores. Pero esto no se ha comprobado, de acuerdo con declaraciones del secretario de Agricultura, Julio Berdegué, durante una conferencia mañanera de este martes, encabezada por la presidenta Claudia Sheinbaum:
“Eso es lo que ellos llaman dumping: hacer trampa. Pero jamás se ha demostrado. Es más un pretexto comercial que una realidad”, dijo el secretario.
¿Qué implica el arancel del 21% al jitomate mexicano?
Por otro lado, la medida cambiaría las reglas del juego para todos los actores del ecosistema agrícola binacional:
- El consumidor estadounidense pagará más. Hoy, 55% del consumo total de tomate en EE.UU. es mexicano. Subirle el precio en aduanas afectará directamente los precios al menudeo.
- El 98% de las exportaciones mexicanas van a EE.UU. Esto significa que el tomate no es solo una hortaliza, es un motor económico para miles de productores nacionales. Cualquier freno en la frontera se convierte en un golpe directo al campo mexicano.
- El consumidor norteamericano no tiene muchas opciones: “No es que haya un montón de países produciendo tomates de esta calidad, en esta cantidad y a este precio. Si quieren, que lo intenten, pero van a pagar más”, sentenció Berdegué.
- Los acuerdos de suspensión tienen historia. Es decir, eesde 1996, México y EE.UU. han firmado cinco acuerdos para frenar las disputas arancelarias. El más reciente, en 2019, fijaba precios mínimos para los distintos tipos de jitomate: desde 0.31 dólares/lb. para tomates roma, hasta 0.59/lb. para los envasados especiales. Los tomates orgánicos, además, tienen un margen 40% más alto.
Gobierno de México responde a los aranceles al jitomate
Igualmente, el gobierno mexicano no tardó en reaccionar. Además de rechazar la medida como “injustificada, obsoleta y perjudicial para los consumidores estadounidenses”, el secretario Berdegué recordó que este tipo de acciones se han frenado en el pasado con acuerdos bilaterales. Sin embargo, en esta ocasión, el Departamento de Comercio anunció su salida formal del pacto, lo que activa automáticamente los nuevos aranceles.
Para los supermercados estadounidenses —y especialmente sus compradores— esto puede traducirse en menor oferta, menor frescura y mayor precio. Para el campo mexicano, representa un reto operativo y comercial, pero también la oportunidad de reforzar su reputación como productor competitivo, eficiente y confiable.
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