En dos ocasiones, la pedalista Mayra Rocha estuvo a unos cuantos escalones de clasificar para los Juegos Olímpicos. A pesar de su trabajo y desempeño, las decisiones de su federación no la favorecieron. Sin desanimarse, ella asegura que el ciclismo, más que medallas, le ha dado el carácter para tomar decisiones.

La ciclista platica a Líder Empresarial que su trayectoria comenzó en la disciplina del triatlón, a los 15 años. En poco tiempo llevó 5 medallas a San Luis Potosí, su ciudad de origen. Estos triunfos la llevaron a recibir el Premio Estatal del Deporte un año más tarde de haber comenzado con su entrenamiento. 

Tiempo después emprendió un viaje a Aguascalientes que terminó por acercarla a su destino olímpico. La falta de instalaciones donde practicar en San Luis Potosí hizo que Mayra considerara la opción de mudarse. Tras decidirse por el ciclismo de pista y de ruta, Aguascalientes le pareció la mejor opción para este deporte. La exigencia también aumentó, pues competiría contra grandes potencias del ciclismo.

La primer prueba en el camino olímpico de Mayra se encontró a una corta distancia: los Juegos Panamericanos de Guadalajara 2011. Ahí logró colocarse en la quinta posición en la rama de persecución por equipos, lo cual se convirtió en un parteaguas para participar en el clasificatorio de los Juegos Olímpicos 2012.

El antecedente “casi” olímpico

La pedalista asegura que el momento más trascendente en su vida fue el proceso clasificatorio a los Juegos Olímpicos de Londres. Todo pintaba a su favor para ganar la plaza olímpica: se llevó un tercer lugar, seguido de los dos primeros.

A pesar de sus marcas, la federación de su deporte asignó el lugar a otra ciclista que no formó parte del proceso completo. Mayra estaba desconcertada. 

“Lamentablemente, en el deporte mexicano las cosas se manejan así”, sentencia la deportista, quien aclara que las plazas olímpicas no corresponden directamente a los deportistas, sino al país. Por ello, la federación es la que decide a quién le corresponde un lugar en la competencia deportiva.

La segunda oportunidad olímpica

Lo cerca que estuvo de clasificar a los Juegos de Londres brindó a Mayra más confianza para buscar un lugar en otras justas deportivas. Río 2016 se convirtió en su meta principal.

Las marcas que obtuvo en el preolímpico de Londres la consolidaron como una deportista reconocida y un equipo extranjero de ciclismo de ruta la integró para participar en competencias importantes a nivel internacional.

Más tarde, la ciclista potosina volvió por el sueño olímpico al participar en los Juegos Centroamericanos de Veracruz, donde consiguió el segundo lugar en persecución. En los Panamericanos 2015 obtuvo el tercer lugar junto con su equipo.  Los únicos países con medalla olímpica arriba de ellos fueron Canadá y Estados Unidos.

Al llegar 2016, Mayra se enfocó en la disciplina de ruta. Compitió con el equipo mexicano a lo largo de Latinoamérica y consiguieron el primer lugar por equipos en Costa Rica.

Poco después, en una competencia en Venezuela, la pedalista llegó en el lugar número seis. Junto con otras deportistas obtuvo la oportunidad de competir por la plaza que habían ganado. Eran seis las seleccionadas para disputarse un lugar en los Juegos de Río 2016.  Todo se definiría con el Campeonato Nacional de Ruta de Mazatlán.

Mayra asegura que la rivalidad entre sus compatriotas convirtieron a las competencias en un proceso muy cansado. Sus puntajes en Mazatlán no alcanzaron para ganar la plaza en Río y la decisión de la federación fue seleccionar a Carolina Rodríguez como representante nacional.

A pesar del tropiezo, Mayra sigue optimista ante el deporte: “Muchos atletas dicen que ser un deportista significa forjar un carácter frío y duro, pero en realidad te apoya con un carácter para bien. Transmitir tu filosofía a los pequeños y ayudarles a llegar a la meta es lo mejor que te deja”, agrega la ciclista, quien desea darle seguimiento a los nuevos talentos.

No te pierdas nuestro especial HISTORIAS OLÍMPICAS DE AGUASCALIENTES