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Tresguerras, el mejor arquitecto de su época

Por Alejandro Basáñez Loyola

 

En 2005, tuve la oportunidad de visitar Celaya. Al cruzar el nuevo puente de la carretera libre, en la entrada oriente al municipio de Celaya, sobre el río Laja, me encontré con las ruinas del anterior puente, el cual es de tiempos de la Independencia de México: una obra majestuosa de 1809 en el olvido total. Me bajé del auto para contemplar aquella insensatez: un esplendoroso puente de arcos de piedra de cantera lleno de basura, animales muertos, grafiti y cuanta inmundicia pueda imaginarse. En ese momento, no sabía que frente a mí estaba uno de los trabajos del famoso arquitecto celayense Francisco Eduardo Tresguerras, el cual solo es superado por la famosa Fuente de Neptuno.

Francisco Eduardo Tresguerras (1759-1833) fue un notable arquitecto, pintor, escultor y grabador de tiempos de la Colonia y primeros años de México independiente. Confundido por presiones de sus padres, ingresó a un convento de la Ciudad de México para convertirse en monje; sin embargo, lo abandonó en breve por no haber nacido para la vida religiosa. Tras esto, regresó a Celaya y se casó con María Josefa Ramírez, con quien procreó seis hijos.

Se inició hábilmente en labores de escultura, pintura y grabado. Sus conocimientos sobre las bellas artes fueron de carácter bibliográfico: estudió meticulosamente los libros de sus contemporáneos, y los de los arquitectos Vitruvio y Serlio. Por supuesto, la práctica cotidiana no pudo faltar en su formación.

En 1797, cuando sintió que ya tenía el conocimiento necesario, pidió sus primeras obras al virreinato: la Fuente de Neptuno y un arco que conmemoraba la proclamación como monarca de Carlos IV de España. Estas se encuentran en Querétaro, que en aquel entonces congregaba a gente notable del gobierno y las artes.

Apenas terminados estos trabajos, Tresguerras continuó con una tablada, un arco triunfal y una pirámide en Celaya para hacer partícipe a su ciudad de los festejos en nombre del monarca español. De estas tres, solo sobrevive La Pirámide, que terminó como Columna de la Independencia en el centro de Celaya, primera obra conmemorativa de este tipo del México independiente.

Entrado el siglo XIX, el artista trabajó cinco años en la reconstrucción de la Iglesia del Carmen en su natal ciudad. Es un monumental edificio de estilo neoclásico que está catalogado por los expertos como la obra maestra del artista. La iglesia cuenta con tres fachadas neoclásicas sobre las cuales emerge una esplendorosa torre que termina en forma de campana (esto era lo más novedoso en aquel entonces en la Nueva España). Además, tiene una bella cúpula y una fachada lateral de marcada influencia francesa. Incansable en ideas y proyectos, también esculpió algunas de las esculturas del recinto religioso.

Una vez terminado el templo, a Tresguerras le fue otorgado el título de arquitecto por los maestros de la Escuela de las tres nobles artes de San Carlos. Este reconocimiento le fue concedido aunque carecía de estudios universitarios, algo que también le sucedería a José Refugio Reyes Rivas, nacido 29 años después de que falleciera el celayense.

En 1815, Francisco edificó, con finos acabados en hoja de oro al estilo neoclásico, el famoso Templo de los Doce Apóstoles a tamaño real en Buenavista, Jalisco. En la torre del majestuoso templo, hay un singular reloj de sol. Esta obra es considerada una de las más importantes, puesto que en el país solo hay dos templos con 12 apóstoles, siendo este el primero en construirse.

Siguiendo el mismo estilo neoclásico, construyó la capilla que diseñó para su tumba en la Iglesia de San Francisco y el famoso puente sobre el río Laja, el mismo que dejó perplejo a su servidor al encontrarlo en ruinas.

En Guanajuato, levantó el palacio del Conde de Casa Rul. También se le atribuyen otros edificios en San Luis Potosí, San Miguel el Grande, Salvatierra, Irapuato, Salamanca y algunas otras ciudades de Jalisco.

Como pintor, dentro del estilo neoclásico, destacó y agradó mucho al público. Pintó retratos, paisajes y temas religiosos. Entre sus mejores pinturas se encuentran un retrato de su esposa (1787), un autorretrato (1794), los cuadros de Santa Ana y La Virgen Niña, y dos frescos en la iglesia del Carmen en San Luis Potosí. Pintó un Juicio Final en la capilla de Los Cofrades en la Iglesia del Carmen de Celaya.

Como escultor, uno de sus trabajos más destacados es la representación de la Inmaculada Concepción, que realizó para la Parroquia de la Purísima Concepción en Yurécuaro, Michoacán. Y por si lo anterior no fuera suficiente, también escribió obras devocionales, como la Novena a la Dolorosa, que aún se reza en la ciudad de Celaya, y sátiras poéticas.

Tresguerras fue arrestado en 1811 por simpatizar con el movimiento de independencia de Querétaro. Durante su vida, además de ser el mejor arquitecto de su época, fue síndico, diputado, regidor y alcalde de Celaya. El Museo Nacional de Arte en la Ciudad de México contiene varias obras suyas como La Virgen, Santa Rosa de Viterbo y Educación de la Virgen.

La siguiente vez que pasen por Celaya no olviden visitar el Puente de Cinco Ojos, y espero que ahora que ya está completamente restaurado, les cause una mayor impresión que la que me provocó a mí cuando lo encontré en ruinas, como si fuera un oxidado barco encallado en un arrecife de coral.

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