¿Tienes siempre visitas y quieres demostrarles que Aguascalientes es mucho más que San Marcos?
Te proponemos tres pequeños paseos perfectamente compatibles con la feria y que harán que tus invitados se vayan conociendo un poquito mejor la historia y la esencia de la ciudad.
Una visita al grabado de La Catrina
La fama de La Catrina ha traspasado nuestras fronteras gracias al célebre Diego Rivera y a su mural Sueño de una tarde dominical en la Alameda Central; sin embargo, no muchos saben que su origen se encuentra en un grabado del hidrocálido José Guadalupe Posada, el cual fue bautizado como La Calavera Garbancera.
Puedes ver la placa en el Museo Posada (Jardín del Encino), donde está resguardada una interesantísima colección de trabajos del grabador que todavía no ha adquirido la relevancia que merece.
Una vuelta por Tres Centurias
Aguascalientes es como es por el ferrocarril. En sus talleres, que durante años fueron los más importantes de México y América Latina, nació “La Mocha”, una de las primeras locomotoras del país. Tras años de abandono y deterioro, el estado se encuentra recuperando estos lugares emblemáticos para transformarlos en un macroespacio para la cultura y las artes (de ahí que se conozca también como MECA), donde museos, salas de exhibición, una biblioteca, universidad, etcétera, recuperarán el esplendor de un sitio que forma parte de la cultura y la identidad de la ciudad.
Un baño de aguas termales
Para entender de dónde viene el nombre de Aguascalientes, se puede abrir un libro de historia o darse un baño en Ojocaliente (Prolongación Alameda), donde todavía emanan las aguas semitermales que bautizaron a la ciudad. Toda la Alameda conserva aún vestigios de los tiempos en los que darse un baño de agua caliente no era un asunto doméstico. Una familia ha rehabilitado los antiguos baños manteniendo su aire histórico y nostálgico, y cada vez están más solicitados.