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Tras la crisis: La voz de la experiencia

Crisis es una palabra que, innegablemente, ha estado permanente en el vocabulario de los mexicanos, toda vez que en nuestro país las crisis económicas han sido recurrentes. Ya sea que se deriven de factores internos o externos, el hecho es que estamos habituados a sobrellevarlas, pues prácticamente no hay generación que no haya padecido sus afectaciones:

“Las crisis en México y Aguascalientes han tenido efectos en el crecimiento económico, en el mercado laboral, en la desigualdad y en la pobreza desde los años 1980”, destaca el secretario técnico del Consejo Estatal de la Agenda 2030, Eugenio Herrera Nuño, quien agrega que la desocupación e informalidad laboral serán las variables que más escalarán a la alza, ahora con motivo de la contingencia por el COVID-19, como ya se ha visto en el pasado.

En la década de los ochenta, los años más difíciles para el país fueron 1983 y 1986, cuando el Producto Interno Bruto (PIB) se posicionó en -4.2% y -4%, la inflación en 102% y 58%, y el desempleo en 6% y 5.1%, respectivamente. En los noventa, cuando en 1995 el PIB decreció -6.2%, la inflación fue de 52% y el desempleo fue de 6.27%, mientras que en los años dos mil, el PIB cayó a -6.2% durante 2009, la inflación fue de 3.6% y la desocupación fue de 5.45%. En 2020, hay pronósticos de que el PIB caería hasta -10%.*

Pero las crisis también han contribuido a forjar el carácter de nuestra sociedad, que no se ha dejado vencer por las adversidades, dando muestra de su tenacidad y fortaleza, y así lo deja ver el testimonio de cuatro personajes que nos comparten su visión de las crisis económicas y el aprendizaje que han dejado.

Roberto Díaz Ruiz

Actualmente es el presidente de la CANACAR en Aguascalientes y cuenta con una trayectoria de más de cincuenta años impulsando el desarrollo económico de la entidad:

“Las diferentes crisis económicas que me ha tocado atravesar, y padecer, no se circunscriben a la de 1994 o de 2009, sino que se remontan hasta la sufrida en 1976, cuando de manera abrupta e inesperada el peso mexicano sufrió una devaluación sin precedentes, pasando de cotizar $12.50 por dólar a un costo de $25.00 por billete verde en tan solo veinticuatro horas. Lo anterior desató una verdadera crisis financiera en aquellos transportistas que, teniendo unidades financiadas en dólares, vieron cómo su deuda se incrementaba de manera exponencial sin que hubiera mecanismos de apoyo o subvención que amortiguaran el impacto”, rememora don Roberto Díaz.

También recuerda el deterioro económico que produjo la paridad cambiaría en el sexenio de Miguel de la Madrid, cuando el dólar pasó de los 25 a los 50 pesos, y luego de los 50 a los 3,240 pesos.

“La crisis que actualmente vivimos tiene la particularidad de que se trata de un tema de salud pública, que luego se ve traducido en una crisis económica de proporciones que al momento no pueden ser calculadas. La incertidumbre, la desconfianza y la ansiedad que producen las mismas ha afectado el ánimo de la fuerza laboral en el país, así como de los empresarios que ven con preocupación cómo se va deteriorando su capacidad productiva y el crecimiento de sus industrias o comercios”, destaca.

Néstor Duch Gary

Economista, ex director general de Geografía del INEGI, ex vicepresidente de la Asociación Cartográfica Internacional y medalla de La Orden Nacional del Mérito otorgada por el gobierno de Francia.

Considera que “las crisis económicas son situaciones complejas y es difícil compararlas, ya que se caracterizan por diferentes elementos constitutivos. Las crisis económicas afectan de manera diferente a distintos sectores de la población y lo hacen de manera distinta en diferentes circunscripciones territoriales de un país. Resulta entonces imposible establecer un orden estricto entre ellas que permita compararlas. Creo que la crisis actual es grave, pero en lo personal no dispongo de elementos para decir que ha sido la peor. Para hacer una afirmación de ese tipo habría que precisar el criterio con que la crisis se pretende juzgar. Por ejemplo, en 2009 el origen de la crisis fue de orden financiero. La crisis actual es producto de una pandemia viral. No son crisis semejantes; es difícil compararlas”.

Desde su punto de vista son varias las enseñanzas que dejan las crisis económicas. “La vida tiene sus momentos difíciles e imprevisibles y deberíamos prepararnos para afrontarlos. Desarrollar la creatividad, consolidar una buena preparación y formular una cierta estrategia de previsión son tareas eficaces contra la incertidumbre que producen las situaciones críticas. Sé que es difícil hacerlo y qué proporciones importantes de la población carecerían de medios para asumir estas tareas. Por eso creo que hay que desarrollar, con el apoyo del Estado, organizaciones sociales colectivas del tipo de las cooperativas o mutualistas”.

Rodrigo Negrete Prieto

Egresado de la Facultad de Economía de la UNAM, es investigador del INEGI y ha impulsado la actualización y reforma de las encuestas de ocupación y empleo en México y en el mundo.

Sobre si la actual crisis es la peor que hemos vivido, considera que sin duda lo es. “Se le ha comparado mucho con la crisis de 1929, pero puede superarla, no sólo porque se tiene un mundo mucho más interconectado, sino porque presenta rasgos adicionales a la de aquella otra crisis: la de 1929 fue un colapso en la demanda agregada; en la crisis actual a ese shock se le suma un colapso de las cadenas de producción. Es decir, estamos ante un doble shock de oferta y de demanda. Hay diferencias por supuesto con aquélla otra crisis mundial, aunque tampoco son consoladoras. La de 1929 se originó en el sistema financiero y terminó contaminando la economía real, mientras que la secuencia de la actual es al revés: apenas y estamos observando la recesión en la economía real; falta que ésta contamine al sistema financiero, al sistema de pagos y ahorro de toda la economía para que se añada una dinámica depresiva aún más profunda”, refiere.

También rememora varios aspectos de las crisis anteriores. “Recuerdo siendo adolescente la crisis de 1976. Desde entonces no ha pasado una década en México sin una crisis económica profunda: 1982, 1987, 1994-95, 2008-09 y 2020. No son desde luego el mismo tipo de crisis, algunas son autoinducidas, otras no”, señala.

Nota del entrevistado: “Las opiniones aquí expresadas son a título personal y no pretenden reflejar posición oficial alguna del INEGI respecto a los temas abordados”.

Alberto Aldape Barrios

Secretario de Desarrollo Económico del Estado de 2016 a 2018, es actualmente director del Centro de Investigación y Desarrollo Empresarial de Aguascalientes. Ingeniero en Química por la UNAM y licenciado en Sociología por la Universidad Autónoma Metropolitana, cuenta con estudios en Ingeniería Financiera y Análisis de Riesgo.

Refiere que “las crisis anteriores tuvieron un origen financiero. Esto es: el impacto principal se dio en este sector compuesto por bolsas de valores, bancos e inversionistas institucionales. La crisis económica actual su origen es una recesión del sistema productivo por una parálisis generada por una pandemia global. En las dos primeras la economía global estaba en crecimiento y se utilizaron herramientas financieras para salir de la crisis”.

Agrega que las crisis anteriores evidenciaron la debilidad del sistema financiero y generaron procesos de control sobre productos sintéticos y fortalecimiento en los niveles de capitalización de las instituciones financieras.

“Actualmente, el aprendizaje es la importancia de la ubicación de las cadenas de valor, el uso de la tecnología en los negocios, la innovación en sectores como la educación y la necesidad de fortalecer los sistemas de salud globales”, recalca.

Asimismo, menciona que la pandemia está generando cambios en la sociedad, ¿cuáles son? El diseño de las casas, ya que se está implementando el home office, el cambio de las costumbres de los consumidores, innovación y mejora en los sistemas de salud, relocalización de cadenas de valor y uso de la tecnología en la educación.

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