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Tras la crisis, la voz de la experiencia: Roberto Díaz Ruiz

Actualmente, don Roberto Díaz Ruiz es presidente de la Cámara Nacional del Autotransporte de Carga (CANACAR) en Aguascalientes.

Originario de Aguascalientes, es un empresario que además se distingue por ser un auténtico líder de opinión; ha estado dedicado al ramo del autotransporte de carga, construcción y la agricultura. Cuenta con una trayectoria de más de 50 años impulsando el desarrollo económico tanto de la entidad como del país, contribuyendo de manera permanente con la generación de empleos.

En esta entrevista nos comparte su visión sobre las recurrentes crisis económicas que se han vivido en nuestro país y el aprendizaje que nos han dejado, desde su perspectiva.

Líder Empresarial (L.E.): En el país hemos vivido diversas crisis en materia económica, siendo algunos ejemplos las registradas en 1994 o en 2009, así como la que actualmente se está padeciendo a consecuencia de la pandemia por coronavirus.

Sin embargo, se tiene la percepción de que la actual es la peor de todas. ¿Coincide usted con esto último? ¿Por qué?

Roberto Díaz Ruiz (R.D.R.): Las diferentes crisis económicas que me ha tocado atravesar y padecer, no se circunscriben a la de 1994, sino que se remontan hasta la sufrida en 1976, cuando de manera abrupta e inesperada, el peso mexicano sufrió una devaluación sin precedentes, pasando de cotizar $12.50 por dólar a un costo de $25.00 por billete verde en tan sólo 24 horas. Lo anterior desató una verdadera crisis financiera en aquellos transportistas que, teniendo unidades financiadas en dólares, vieron como su deuda se incrementaba de manera exponencial sin que hubiera mecanismos de apoyo o subvención que amortiguaran el impacto. En esa época, la única armadora de tractocamiones que manejaba sus precios en pesos mexicanos era la empresa Diesel Nacional (DINA), mientras que el resto cotizaban sus unidades en dólares americanos, lo que se tradujo en una crisis financiera de proporciones no vistas en el sector autotransporte antes de ese fatídico 1976.

Por otra parte, en 1982, donde la paridad peso-dólar alcanzó los $50.00 luego de estar cotizando a $ 25.00, volvió a impactar fuertemente al ramo del autotransporte, debilitando así las inversiones en equipo y sumiendo al sector en otra crisis financiera producto de financiamientos contratados en moneda norteamericana.

Sin menoscabo de lo anterior, todavía nos esperaba una situación por demás complicada en el periodo 1982 a 1988, durante el mandato del Presidente Miguel de la Madrid Hurtado, lapso durante el cual el dólar se recibió por la entonces administración federal en $50.00 por unidad y terminó cotizando hasta en $3,240.00, lo que sin duda trajo un deterioro económico en las empresas y en la economía en general que solo fue paliado con los pactos suscritos entre trabajadores y empresarios, que llegaron a acuerdos que implicaban la revisión de salarios cada 6 meses, con la intención de subsistir y mantener la planta laboral dado el brutal impacto a la actividad productiva del país en ese entonces.

Muchas empresas dedicadas al autotransporte se quedaron en el camino y el desempleo tomó fuerza, por lo que luego de realizar el analisis de la actual crisis por coronavirus, tengo claro que solamente con el esfuerzo de todas las partes involucradas, los diversos sectores y la sociedad en general, podremos salir adelante de la adversidad que ahora se nos presenta, si todos acatamos las medidas de sanidad y seguridad que han marcado puntualmente las autoridades federales y estatales.

La crisis que actualmente vivimos tiene la particularidad de que se trata de un tema de salud pública que luego se ve traducido en una crisis económica de proporciones que al momento no pueden ser calculadas. La incertidumbre, la desconfianza y la ansiedad que producen las mismas, ha afectado el ánimo de la fuerza laboral en el país, así como de los empresarios que ven con preocupación cómo se va deteriorando su capacidad productiva y el crecimiento de sus industrias o comercios.

Lo anterior, aunado a la débil e insípida respuesta del gobierno federal, que no es concluyente en su diagnóstico y desconoce los alcances de la emergencia sanitaria; pone en vilo la permanencia de las fuentes de trabajo y por ende el empleo que urgentemente necesita nuestro país.

L.E. ¿Cómo recuerda haber vivido las crisis económicas anteriores? ¿Hay algo que recuerde en lo particular?

R.D.R. En los inicios de mi carrera empresarial, en el ya lejano 1964, las diferentes crisis económicas enfrentadas, y su voraz efecto en la economía de empresas y familias, sin duda ha marcado mi trayectoria de manera tal que las etapas de retos y toma de decisiones importantes, difíciles pero necesarias, han forjado mi carácter emprendedor y me han dejado lecciones importantes que en la actualidad son herramientas valiosas para encontrar el lado positivo de las cosas y buscar siempre encontrar soluciones a los diferentes retos y, en ocasiones, encrucijadas que me han permitido seguir activo en las actividades económicas a las que me he dedicado con vehemencia durante todos estos años.

Es importante resaltar que el factor humano siempre se ha constituido en el pilar fundamental en mi trayectoria empresarial, ya que el compromiso del personal que ha colaborado conmigo, así como empleados administrativos, gerentes y directores, han hecho posible mi permanencia ininterrumpida en mi quehacer cotidiano.

L.E. ¿Qué hacía, o dónde se desempeñaba, cuando se vivieron las crisis económicas anteriores, particularmente la de 1994 y la de 2009?

R.D.R. Particularmente me dedicaba de tiempo completo a la construcción y al autotransporte. Las crisis económicas a que hacemos referencia me tomaron en un momento difícil de expansión y crecimiento, por lo que tuve que adecuar mis actividades empresariales a las diferentes circunstancias y desafíos que representaron esas dos crisis. La toma de decisiones se volvió fundamental para lograr equilibrios a lo interno, que me permitieran seguir adelante aun y cuando los obstáculos se presentaban en ocasiones insalvables.

L.E. ¿Qué lecciones considera que nos han dejado las crisis económicas anteriores y la situación general que se vivió a raíz de ellas?

R.D.R. Básicamente que ante la adversidad debemos ser creativos, propositivos, ingeniosos y tener la cualidad de improvisar sobre la marcha, ya que las circunstancias económicas en ocasiones nos hacen girar el timón de manera inesperada, pero siempre con la idea fija de ser cada vez mejores administradores de tiempo y recursos. La crisis debe verse como “oportunidad” y siempre nos presenta la posibilidad de crear y adaptarnos al medio, por muy difícil y sinuoso que este sea.

L.E. ¿Qué aprendizaje le ha dejado la situación que estamos viviendo actualmente?

R.D.R. Nos ha mostrado la difícil cara de la incertidumbre y se presenta como excepcionalmente difícil, dada su dualidad en lo económico y en la salud del pueblo de México. El desconocimiento del alcance y los estragos de la actual pandemia, nos coloca en un terreno difícil de prever y pone en riesgo la subsistencia de millones de empleos a nivel nacional, así como la permanencia de miles y miles de empresas pequeñas y medianas que no saben cómo afrontar las dificultades del día a día. Debemos por tanto, poner todos y cada uno nuestro mejor esfuerzo para, en conjunto, lograr salir adelante como sociedad y evitar a toda costa caer en la tentación de optar por el camino de la delincuencia, que ya comienza a dar visos de su presencia generalizada a lo largo del territorio nacional.

L.E. ¿Desde su perspectiva y desde el ámbito en que se desempeña, ¿considera que la situación que estamos viviendo generará cambios en la sociedad y cuáles serían?

R.D.R. Los cambios en una sociedad tienen el carácter de permanentes. La adaptación a una nueva normalidad ha transformado el comportamiento de millones de personas que ahora tienen que seguir protocolos y medidas sanitarias que nunca antes se habían experimentado.

El mexicano se caracteriza por su adaptabilidad e ingenio al momento de enfrentar retos y condiciones adversas; confío en que estas cualidades nos podrán sacar adelante y nos enseñarán que los recursos son escasos y requieren de una administración ordenada y minuciosa para encontrar equilibrios que nos permitan subsistir aun en las peores condiciones.

Tenemos que entender que en estos tiempos de pandemia debemos centrar nuestros esfuerzos en cubrir las necesidades básicas y aquellas más apremiantes, confiando en que el futuro llegará lleno de posibilidades que sacarán lo mejor de nosotros y seguirán construyendo el gran país que es México, tierra de historia milenaria, y que en los últimos 100 años ha demostrado su grandeza, insertada en el concierto de naciones que igualmente están siendo afectadas por esta contingencia global.

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