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Trabajar cuatro días a la semana, mayor productividad

Trabajar menos podría tener una serie de beneficios para los colaboradores y empleadores y el mundo debería adaptar la semana de trabajo a cuatro días, fue el mensaje que dos expertos dieron para este 2019.

Adam Grant, un psicólogo de Wharton School en Pensilvania dijo: “Yo pienso que hemos hecho buenos experimentos mostrando que si se reducen las horas de trabajo, las personas son capaces de concentrar su atención más efectivamente, terminan produciendo lo mismo, frecuentemente con mayor calidad y creatividad, y son mucho más fieles a las organizaciones que están dispuestas a darles flexibilidad para ocuparse de sus vidas fuera del trabajo.

El economista e historiador Rutger Bregman, autor de Utopía para Realistas, está de acuerdo, y explicó que una semana más corta de trabajo no es tan radical, legisladores han estado tratando de averiguar cómo dar a la fuerza laboral más tiempo libre durante la mayor parte del siglo. “Por décadas, los mayores economistas, filósofos, sociólogos, todos han creído, hasta los 1970s, que deberíamos estar trabajando menos” él dijo.

“En los años de 1920 y 1930, había más emprendedores capitalistas que descubrieron que si se reduce la semana de trabajo, los empleados se vuelven más productivos. Henry Ford, por ejemplo, descubrió que si cambiaba la semana de trabajo de 60 horas a 40, sus empleados se volverían más productivos, porque no estarían tan cansados en su tiempo libre.

Esta posición es respaldada por investigación académica. Muchos estudios respaldan este punto de que una semana más corta de trabajo puede hacer a las personas más felices y más productivas, mientras cifras de la OCDE muestran que los países con una cultura de largas horas de trabajo a menudo obtienen puntuaciones bajas en la productividad y el PIB por hora trabajada.

Mientras tanto, una compañía de Nueva Zelanda hizo la prueba de trabajo de sólo cuatro días a la semana el año pasado y ha confirmado que va a adoptar esa medida de forma permanente.

Académicos que estudiaron a los que hicieron la prueba, reportaron menores niveles de estrés, mayores niveles de satisfacción laboral y una mejora en el sentido de equilibrio trabajo – vida. Críticamente, también dijeron que los trabajadores fueron 20% más productivos.   

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