Apenas tenía 18 años y José Manuel ‘Tetes’ ya se encontraba recorriendo el país entero junto con su banda Here Comes The Kraken, agrupación de deathcore nacida en Aguascalientes que se ha convertido en referente del género a nivel nacional e internacional.
El vocalista de la agrupación recuerda sus inicios, ensayando en la colonia de “La Barranca” y con una discreta cuenta de MySpace para hacerse promoción. No imaginaba lo que les esperaba, pues 12 años más tarde ya han realizado siete giras por Europa, cuatro en Estados Unidos y han recorrido otros destinos como Japón y Cuba, además de participar en festivales de talla mundial como el Vive Latino y Rock Al Parque en Colombia.
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Se trata de un caso insólito, especialmente para una agrupación de provincia que se especializa en un género que rompe esquemas. El tiempo ha pasado y cada uno de sus integrantes lleva una vida cotidiana mientras siguen persiguiendo y alimentando su proyecto con el que nunca conformes buscan llegar a nuevos rincones….
Líder Empresarial (LE): Al tratarse de música rápida y que parece ser muy violenta, sus conciertos deben ser una especie de catarsis. En ese sentido ¿de qué se desprenden en cada show?¿de qué buscan liberarse?
José Manuel (JM): Todo comenzó siendo un sueño de adolescencia, una etapa muy complicada de la vida, donde te vas definiendo como persona; para mí el metal era un escape, me ahuyentaba de problemas yo lo que quería era ruido, ruido en mi cabeza, sacar toda esa energía y frustración que quizá me sirvió de terapia, era una terapia para el alma.
Ese mensaje es el que yo espero transmitir a los jóvenes, yo veo que en los conciertos que sacan esa represión y a lo mejor se ven en nosotros y cuando ellos notan por ejemplo en las redes sociales que eres una persona cero agresiva, que tiene estudios, que tienes novia, le gusta comer bien; se dan cuenta que no se necesita ser la persona mala, se rompen esos estereotipos del roquero.
Hay muy buenos mensajes detrás de todo esto, porque nuestra música puede ser muy agresiva, fuerte y alterada, pero no significa que estemos incitando a la violencia, yo creo que es como un momento sacar toda esa energía, explotarla y que la gente desahogue totalmente toda su frustración del trabajo o lo que sea, ese es el mensaje de Here Comes The Kraken.
LE: Siendo un género poco usual con el que lograron llegar a Japón, Europa, Cuba y Estados Unidos ¿Qué es lo que viste en común en el público en todos estos lugares?
JM: Todos buscan un momento para ellos, las personas que van a nuestros conciertos van predispuestos a pasarla bien a olvidarse de todo lo que esté fuera del bar, teatro, festival, donde estemos tocando, no existe nada más.
Dentro de nuestros conciertos vas a hablar de metal, vas a ponerte una guarapeta, a disfrutar, esa es la vibra que se siente y eso es en común en todos lados en Europa, Japón, donde sea.
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LE: Ya que el metal es un género que exige tanta virtuosidad, ¿para ti qué es lo más demandante de ser vocalista de HCTK?
JM: En cuestión de la voz es muy demandante porque a veces la gente piensa que solo es gritar a lo bruto, pero es difícil, me ha costado trabajo investigar, conocer mi cuerpo, ensayar, mejorar, dejar algunos vicios como el cigarro o alcohol en ciertos momentos. Pero en cuestión de música yo creo que la batería es el instrumento que más exige, sobre todo en coordinación muscular y habilidad física porque es muy rápido, tenemos a uno de los bateristas más rápidos de México, David González, yo creo que eso nos ayudó bastante.
LE: Como banda mexicana y especialmente de provincia, ¿qué ha sido lo más difícil de llegar a festivales tan grandes del género como Knotfest y Hell and Heaven?
JM: Algo con lo que siempre hemos batallado bastante es el malinchismo, porque aunque seamos de las bandas más grandes de México, nos ven menos. Hemos demostrado que nuestra banda puede llenar escenarios en festivales en horario estelar o incluso cuando nos toca abrir, pero por el hecho de ser mexicanos cobramos una tercera parte de lo de una banda de Estados Unidos o Europa con el mismo aforo. Es un problema que hemos estado trabajando bastante y se ha vuelto muy complicado, a veces ciertas promotoras sienten que te están haciendo un favor por invitarte a un festival.