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Tener un propósito; amarlo y abrazarlo: Ana Cristina Narváez Ramírez

De Pabellón de Arteaga, comenzó su carrera deportiva a los 21 años, después de tener a su hija Julieta, quien es su prioridad.

Corre los 3 mil metros con obstáculos y los 1,500 metros planos. La primera pista que pisó fue la del INADE, hoy IDEA; cursaba el sexto grado de primaria y obtuvo el tercer lugar, todo un logro tomando en cuenta que no se dedicaba a competir.

En los festejos de aniversario del CBTIS 39, donde estudiaba, ganó todas las carreras en las que participó, por lo que uno de los maestros de educación física le sugirió entrenar y aunque lo intentó se enfrentó a la dificultad de ir y venir a la capital.

Ya en la universidad, intentó entrenar nuevamente, pero otra vez dejó la actividad por las complicaciones que para ella representaban los traslados. Una vez que terminó sus estudios, y habiendo tenido a su hija, decidió no “quedarse con la espinita”, por lo que de nueva cuenta inició sus entrenamientos y al cabo de más de un año de trabajo rompió el récord mexicano en los 3 mil metros con obstáculos.

En sus primeros Juegos Centroamericanos quedó en cuarto lugar y en sus primeros Juegos Panamericanos en quinto. Llegó a quedar rankeada en el lugar 58 a nivel mundial.

En 2017, sufrió un atropello mientras entrenaba, resultando con fractura de pie. Pero con el apoyo de las personas correctas, como ella lo dice, logró mejorar su marca en los 1,500 metros planos, obteniendo una medalla de oro para México en los pasados Juegos Centroamericanos.

Hoy tiene la mira puesta en los Panamericanos y el mundial de atletismo de Qatar, soñando con los Olímpicos.

“Me di cuenta de que podía lograr lo que me proponía, con muchísimo trabajo y disciplina; los resultados se dan con mucha firmeza y decisión, creyendo en uno mismo”, dice.

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