La tecnología, con su abanico de posibilidades, está cambiando la forma en que las nuevas generaciones ven al mundo.
Ahora, ya no solo se trata de aprovechar las bondades que las nuevas tecnologías brindan, sino también se deben cambiar paradigmas.
Los más jóvenes han descubierto que es más fácil transitar por este mundo globalizado sin llevar tantas pertenencias a cuestas: no se trata de no disfrutar de los bienes, sino de utilizarlos de una forma más pragmática, sin preocuparse de comprarlos, darles mantenimiento, actualizarlos, almacenarlos…
¿Quiere guardar toda su información? Ya no necesita de dispositivos de almacenamiento, pues existe la nube. ¿Es un melómano muy sofisticado? Olvídese de invertir una fortuna en discos compactos, simplemente conéctese a un servicio como Spotify, en el cual tendrá acceso ilimitado a toda la música que desee disfrutar por una módica renta.
¿Acaso es un cinéfilo consumado, ávido de disfrutar de sus películas en cualquier momento? El mundo de los contenidos multimedia bajo demanda aumenta de forma impresionante y firmas como Netflix crecen en las bolsas del mundo.
Cada vez más mercados adoptarán el esquema de que los consumidores disfruten de las cosas sin ser sus dueños.