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“Teletón es mi vida”: Fernando Landeros Verdugo

“No es que haya cambiado mi vida… es que Teletón es mi vida”, señala Fernando Landeros Verdugo cuando se le pregunta acerca del impacto que ha tenido para él, en lo personal y profesional, la creación de la Fundación Teletón que preside —y que en 2022 cumplirá 25 años—.

Hijo del fallecido y visionario gobernador de Aguascalientes, Rodolfo Landeros Gallegos, y de Azul Verdugo de Landeros, una de las presidentas estatales del DIF más queridas por la población, el “Chobi”, como le llaman afectuosamente familiares y amigos, confiesa que no concibe su vida sin el Teletón. 

No solamente se trata de una institución a la que ha dedicado 24 de sus 58 años de existencia, sino que la Fundación ha cambiado la historia de miles de niñas, niños y jóvenes con alguna discapacidad.

“Amo profundamente todo lo que se ha hecho; ha costado mucho trabajo, mucho esfuerzo, a veces superar muchas críticas, indiferencia y apatía. Sin embargo, no lo cambio por nada. Hoy que tengo a mi esposa, a mis hijos, a mi familia, para ellos también Teletón es un proyecto de vida. Trabajamos, yo te diría que todos los 365 días del año, para siempre sumarle un poquito más”, remarca.

Reconoce que, desde los comienzos, se ha anhelado que la institución se convirtiese en una tradición de unidad y solidaridad, así como que se construyeran muchos centros similares. El trabajo ha sido constante: actualmente operan 22 Centros de Rehabilitación e Inclusión Infantil (CRIT); en 2012, abrió el primer Centro Autismo Teletón y, en 2013, el Hospital Infantil Teletón de Oncología.

“Creo que más que imaginar demasiado, nos dedicamos a poner manos a la obra, a trabajar, a realizar cada año lo que teníamos que hacer. Ya casi estamos llegando a 25 años de haber empezado con este sueño”, subraya.

En 2021, el evento de recaudación del Teletón se efectuará el 4 de diciembre. Aunque no se plantea un monto a alcanzar, Fernando Landeros espera que se supere la cantidad récord obtenida el año pasado, que llegó a los 380.6 millones de pesos (a pesar de las dificultades que se vivieron como consecuencia de la pandemia).

“Ojalá que más mexicanos participaran, que hubiera más donadores, que creciera la recaudación. La obra ahí está y funciona con extraordinaria calidad […] Siempre es una ilusión llegar un poquito más lejos”, refiere. Al mismo tiempo, llama a mantenerse obstinados en la voluntad de dar, transformar y llenar de esperanza para dejar huella —máxime porque no hay donativo pequeño—.

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