La comida evoluciona con la tecnología. Lo que comemos, cómo lo comemos y dónde nos alimentamos se transforma con el cambio de las herramientas y la forma en que nos apropiamos de ellas.
Por esta razón, la apuesta de la Licenciatura en Dirección de Negocios Gastronómicos por la tecnología y la investigación ya le ha valido a la Universidad Panamericana Campus Bonaterra el reconocimiento de la agroindustria local y regional.
“Un joven millennial no te pide lo mismo que un baby boomer. Para los jóvenes ya todo es más rápido, son compras en línea… Debes ser muy inteligente y hacer algo muy creativo para que tengas todo al alcance de forma rápida, si tu segmento son los jóvenes. Tenemos que evolucionar en las diferentes áreas de los alimentos: un restaurante, una procesadora, una empacadora… hay que ir al ritmo de la industria”, explica Israel Gallegos, jefe de la carrera.
Para desarrollar esa visión en los estudiantes, el plan de estudios comprende tres líneas: investigación científica, vinculación productiva y formación con perfil directivo.
Las primeras dos se integran en un modelo de colaboración entre la universidad y empresas de alimentos. Con proyectos de investigación aplicada de los que resultan nuevos productos, mejoras a los existentes u optimización de procesos, alumnos y docentes ayudan a elevar la rentabilidad de los negocios.
“Actualmente, tenemos vinculación directa con al menos seis compañías. Entre ellas está Empacadora San Francisco, con la cual estamos colaborando en el desarrollo de nuevos productos y en la conservación de sus alimentos. Ayudamos a Bifam con su reformulación del panqué y vimos toda la parte de procesos de producción e higiene […] el tiempo de vida en anaquel fue extendido de dos semanas a tres”, ejemplifica Gallegos Parra.
Lo mismo pasa con emprendedores y pequeñas empresas. Actualmente, la Escuela de Dirección de Negocios Gastronómicos realiza investigaciones previas al lanzamiento de un producto novedoso de aguacate, patentado por uno de sus exalumnos.
Además, la UP Bonaterra tiene convenios que permiten a los estudiantes realizar estancias prácticamente en cualquier país del mundo. Algunos egresados como Sandra Espino, que en febrero se incorporó a Disney, son contratados por las compañías en las cuales estuvieron como practicantes.
“Tenemos alumnos en Europa, Centro y Sudamérica. También, están a lo largo de toda la república: Cancún, Mérida, Ciudad de México… Pueden andar por todos lados”, asegura el director.
El tercer pilar, un perfil directivo, se erige sobre el desarrollo de habilidades y actitudes de liderazgo y trabajo en equipo. El resultado de esta formación son egresados capaces de tomar decisiones relevantes para la industria agroalimentaria.