México se encuentra viviendo una transformación histórica: la transición del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) al ahora vigente Tratado entre México, Estados Unidos y Canadá (T-MEC), lo que supone múltiples retos en distintas ramas económicas, aunque la automotriz lo vivirá de una manera especial.
Se trata de una de las industrias que más se transformarán con la llegada del acuerdo, mayormente por los múltiples cambios que traerá con las reglas de Valor de Contenido Regional (VCR) para la producción de vehículos ligeros y pesados.
Para entidades como San Luis Potosí, la adaptación a estos cambios es esencial. La misma Secretaría de Desarrollo Económico de la entidad ha dejado claro que el sector de las autopartes es un indicador referencia del desarrollo industrial manufacturero, representando una actividad estratégica para la economía estatal.
Entonces, ¿cómo se adaptarán las empresas potosinas al cambio? El ingeniero Alejandro Veraza, Director del Clúster Automotriz de San Luis Potosí, clarifica que, para partir de ese análisis, es importante distinguir que existen retos distintos entre las OEM (Original Equipment Manufacturer) y las proveedoras Tier 1, Tier 2 y Tier 3.
En el primer caso, considera que uno de los principales desafíos para los fabricantes de equipo original será sustituir de manera inmediata las compras globales por las regionales, lo que involucra un cambio sustancial ya que a través de los años, en la industria automotriz, las compras globales se han potencializado.
Además, menciona que será clave que las grandes compañías generen estrategias de financiamiento de herramentales y troqueles a sus proveedores, así como acelerar los procedimientos de liberación de componentes y sistemas.
En lo que respecta a la cadena de proveeduría, señala que las T1 deberán buscar que sus sistemas estén hechos en la región, de preferencia en México por el costo de la manufactura. Las T2 deberán tener como prioridad localizar proveedores que tengan interés en incrementar su portafolio de productos e invertir en nueva maquinaria y tecnología; mientras que las T3 deberán centrarse en invertir en equipos y tecnología que permitan incrementar sus capacidades productivas:
“Sabemos que no es algo sencillo, pero hay instituciones que se encuentran brindando financiamiento para que esto se dé”, mencionó Veraza en panel digital de Líder Empresarial, invitando a las empresas a acercarse a alguno de los nueve clústeres de la república donde se les puede proporcionar información de las organizaciones que promueven los financiamientos.
Un repaso al VCR
El principio base de las nuevas reglas es la elevación del Valor de Contenido Regional (VCR) requerido para que un vehículo pueda considerarse de la región y la empresa acceda a preferencias arancelarias. Con la entrada en vigor del T-MEC, este contenido debe situarse en 66% y ampliarse el primer año a 69%; en 2022 a 72% y finalizar en 2023 con 75%.
“Esto va a implicar que aquellos componentes, ensambles o sistemas que estamos trayendo del exterior del continente americano, deberán ser poco a poco sustituidos por el mismo material producido en México, Canadá o en Estados Unidos”, subraya Alejandro Veraza.
El ingeniero argumenta también que el enfoque del VCR va principalmente sobre los sistemas esenciales y los componentes claves en el auto: ejes, motores, chasis y carrocería, suspensión, transmisión y baterías (incluso las de litio), entre otras, que deberán pasar del 66% al 75%.
Mientras que otras partes de los vehículos como interiores, cinturones de seguridad, bolsas de aire, asientos, panel de control, partes de a/c, rodamientos, frenos, defensas, partes de suministro de combustible, partes de transmisión y escape; llantas y rines; motores eléctricos, ensambles y partes de cristales, deberán incrementar su VCR desde 62.5% al 70%.
En el caso particular del acero y aluminio, el T-MEC establece que para que un vehículo se considere originario de la región norteamericana, el VCR de estos productos deberá ser del 70%, lo cual no afecta a las proveedoras de autopartes pero sí a las ensambladoras:
“No va a ser un ejercicio que tome dos meses, posiblemente tome un año o 18 meses, pero se tendrá que ir logrando poco a poco para que los productores de autos no tengan que pagar aranceles más altos”, agrega el Director del Clúster Automotriz de San Luis Potosí
¿México está preparado?
En el panel T-MEC: Un desafío laboral para la industria automotriz, coordinado por Líder Empresarial, Alejandro Veraza, quien cuenta con más de treinta años de experiencia en la industria automotriz, consideró que el gobierno mexicano está listo para recibir el acuerdo pero no tanto sus empresas: “son las empresas las que tienen que estar preparadas, es tarea de ellas, no del gobierno”.
Por ello, recomendó a las industrias analizar la publicación del Diario Oficial de la Federación (DOF), con fecha 09 de julio, en la que se localiza la transcripción completa de lo referido a partes originarias dentro del T-MEC, incluyendo definiciones, ejemplos, fórmulas para obtener el VCR y para calcular el tipo de cambio.
Para finalizar, recordó a las empresas que una vez que tengan el certificado de origen de sus componentes o productos, no es necesario renovarlo anualmente, ya que su vigencia es de cuatro años.
Si deseas conocer más de las declaraciones de Alejandro Veraza en el diálogo digital de Líder Empresarial, puedes consultarlo aquí.