Hay aspectos de la vida que no se pueden expresar de forma literal, por lo que resulta viable recurrir a las formas que habitan en la actividad artística. En este sentido, Susana Salinas se define como “una mujer de piernas cortas y sueños largos, dedicada a la creación plástica, a desarrollar el imaginario femenino desde una visión de búsqueda constante de sí misma”.
Aunque su preparación profesional se desarrolló en el campo de la Psicología Educativa, se ha transformado en una voz fuerte del arte zacatecano. Su acercamiento a este mundo se dio de forma autodidacta, mediante la exploración de distintos procesos y recibiendo apoyo en algunos talleres.
Desde niña, Susana Salinas habita su entorno descubriendo los colores que lo componen, los trayectos marcados por la luz y las texturas plasmadas en cada rincón de la realidad. Su incorporación al taller de Julio Ruelas fue uno de los puntos trascendentales para construir su carrera, pues ahí reforzó su gusto por el aprendizaje y la habilidad para comunicarse a través del arte.
A los 18 años realizó su primera exposición en el Museo de La Toma. El gran recibimiento de su obra, desde el inicio, propició su colaboración en más de 40 exposiciones y alrededor de 10 individuales.
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La obra de la artista ha sido influenciada por la “figuración y el misterio de Francisco Corzas”. Actualmente se desempeña por igual en el dibujo, óleo y cerámica, en las cuales manifiesta sus habilidades para hablar sobre la percepción de lo que la rodea y habita en su interior. Más allá de un estilo propio explica que se enfrenta a:
“La tarea constante de generar un lenguaje con el espectador a través de los personajes que se han construido, gracias al paso del tiempo, las vivencias que han configurado a la par de mi personalidad”.
De acuerdo con el sitio de la galería de arte contemporáneo Irma Valerio, Susana suma algunas participaciones colectivas en eventos como el Festival Cultural (2012) en diversos museos de la capital zacatecana. Además, ha sido una pieza elemental para formación de las nuevas generaciones de artistas.
Silencios estruendosos
Líder Empresarial (LE): ¿Cómo es ser pintora en México hoy en día?
Susana Salinas (SS): Es un trabajo constante, una carrera difícil, en cuestión de reconocimiento a nuestro papel en la historia del arte, la clara desigualdad en la participación dentro de los espacios es un ejemplo claro.
LE: Mucho se ha cuestionado el papel del arte en la actualidad. Desde su perspectiva personal, ¿cree que el arte tiene un valor o un propósito social hoy en día?
SS: El arte ha sido, será y es, vida, libertad y lo más cercano a lo que se le pueda llamar amor.
LE: Durante sus años de carrera, ¿Cuál diría que ha sido la obra que más la ha marcado?
SS: “Señora Calandría”
LE: Al ser una tierra fructífera para distintas manifestaciones artísticas y con una amplia tradición plástica, ¿qué papel juega Zacatecas en su obra?
SS: Me ha brindado la oportunidad de reconocer en su propia estética, gran parte de mi paleta de color. La obra de varios personajes que la representan de manera mundial, también sin duda juegan en la influencia en algunas piezas. Respecto al crecimiento profesional el Estado y su desarrollo en ‘formación’ me han privado de contar con un mayor alcance.
LE: El talento es innegable en cada una de sus piezas, así que se avizora un extenso porvenir. ¿Qué espera Susana Salinas, como artista, del futuro a corto, mediano y a largo plazo?
SS: Por la situación de violencia e intolerancia a ideas de propios y extraños, es importante considerar el futuro como el hoy. Vivo un día a la vez, pero con la esperanza de que la vida me brinde la oportunidad de seguir pintando.