Con la variante Delta (también conocida como b.1.617.2) dominando los contagios por coronavirus y provocando que diversos países atraviesen una ola significativa de casos, hospitalizaciones y fallecimientos, el mundo científico posa su mirada sobre otra variación del SARS-CoV-2 que, según apuntan los primeros indicios, pudiera representar hasta ahora la mayor amenaza entre las mutaciones del patógeno.
Un equipo de científicos de Sudáfrica halló en mayo de 2021 un nuevo linaje del coronavirus, denominado originalmente C.1.2 el cual se identificó al noroeste del país, en las provincias de Mpumalanga y Gauteng. Hasta ahora, la variante C.1.2. ha sido encontrada en Inglaterra, China, República Democrática del Congo, República de Mauricio, Nueva Zelanda, Portugal y Suiza
La investigación estuvo a cargo de la Plataforma de Secuenciación e innovación de Investigación KwaZulu-Natal y el Instituto Nacional de Enfermedades Transmisibles del país sudafricano, aunque todavía no ha sido revisada por pares.
Los especialistas enfatizaron que este linaje es preocupante debido a que contiene una constelación de mutaciones con relación a las versiones anteriores del virus, las cuales están asociadas a una mayor transmisibilidad y una mayor capacidad para evadir anticuerpos.
El análisis señala que la variación evolucionó sobre el linaje C.1, el cual se detectó por primera vez en enero de 2021 y dominó en las olas de contagios ocurridas en Sudáfrica. Cabe señalar que C.1.2 es descrita como la variante con mayores mutaciones hasta la fecha respecto al coronavirus descubierto en Wuhan y cualquier otro linaje etiquetado como Variante de Preocupación o Variante de Interés por parte de la Organización Mundial de la Salud.
La investigación también halló que la nueva variante observa una tasa de mutación de aproximadamente 41.8 mutaciones por año, casi el doble de rápida que la tasa de variación global actual de las otras variantes.