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Startup Shopping: el nuevo modus operandi en Silicon Valley

Por Lyana Kahn

Originalmente publicado por Editorial Hotbook

 

Facebook adquiere WhatsApp por 19 billones de dólares; Amazon a Zappos por 1.2 billones; Apple a Beats por 3 billones; Google a Waze por 1 billón, a YouTube por 1.65 billones, a Nest por 3.2 billones… y sigue la interminable lista. ¿Quién entiende a estas compañías que, teniendo a los mejores equipos de programación del mundo, compran startups incesablemente cuando pudieran ellas mismas desarrollar sus tecnologías desde cero en un par de semanas (u horas)?

La estrategia de crecimiento a través de adquisiciones se ha convertido en el modus operandi de empresas grandes de tecnología establecidas en Silicon Valley. Por ejemplo, en tan sólo el 2016, Google realizó 18 adquisiciones. Es difícil explicarse por qué grandes firmas compran, por millones o billones, startups que muchas veces no generan ingresos; sin embargo, existe una lógica detrás de ello. Antes que nada, es fundamental entender que el retorno de inversión de estas compras no es puramente monetario, ya que éstas desencadenan otro tipo de beneficios para los compradores. No existe una serie de razones limitadas, pero dentro de las más populares se encuentran las siguientes.

Expansión de mercado o ganancia de nuevos usuarios. Frecuentemente, cuando las compañías entran a una etapa de madurez, se encuentran topadas por la serie de esfuerzos que ya realizan para expandirse y les resulta difícil crecer su base de usuarios. Por lo mismo, muchas veces adquieren otras empresas para entrar a otro mercado o para conseguir más clientes de forma masiva. Entrar a mercados vírgenes les resulta muy costoso no sólo en cuanto a recursos monetarios, sino también en tiempo. Al adquirir una startup que tiene otra base de usuarios o está en otro mercado, reciben acceso directo a nuevos nichos y consumidores para comercializar sus productos o incluso hacer estrategias de cross-selling.

Una de las razones por las cuales Facebook compró WhatsApp giró en torno al crecimiento de usuarios y a la entrada a nuevos mercados emergentes. Una vez que la red social llegó a un billón de personas, se empezó a cuestionar cómo llegaría al siguiente billón, ya que aún no era tan popular en mercados emergentes (principalmente en el asiático) y existían jugadores más relevantes y con mayor reconocimiento; por esto, decidió que uno de los caminos para lograrlo era a través de la adquisición de WhatsApp. El jugador dominante del chat móvil ya tenía una base de 450 millones de clientes activos, lo cual le permitiría a Facebook llegar a más personas en otros mercados con mayor velocidad. Así, la red social no pagó por la marca de WhatsApp, sino por la oportunidad futura de alcanzar el siguiente billón de la población.

Control sobre sectores adyacentes o productos complementarios a los del “core” de la empresa. Gracias a la velocidad con la cual avanza la innovación y tecnología, el mercado se ha vuelto muy competitivo y los consumidores, demandantes. Las firmas se ven constantemente ante la necesidad de crecer sus portafolios de productos para agregar diferentes features y así, retener a sus clientes y abarcar una mayor parte del mercado.

Un ejemplo perfecto de esto es la compra de YouTube hecha por Google. Antes de comprar la plataforma de transmisión de videos, Google ya tenía un servicio para compartir videos a principios de los 2000 llamado Google Video; sin embargo, el rápido crecimiento de usuarios de la plataforma de YouTube, así como su reconocimiento en ese segmento, convenció a la compañía de ofrecerles una digna cantidad para adquirirlos. De esta manera, Google pudo ampliar su portafolio de productos y generar mayor valor para los usuarios. Aunque YouTube apenas tenía un año de operaciones y no tenía ingresos; después de ser absorbida, empezó a generar billones de dólares al año y es ya el tercer sitio de internet más visitado en todo el mundo.

Talento, talento, talento. Conseguir personal talentoso siempre es un reto para las empresas, especialmente para las de tecnología, las cuales requieren de un conjunto de personas con habilidades muy especializadas. Pareciera que hay tanta demanda de trabajo, que el conseguir colaboradores de este tipo se consideraría un regalo; sin embargo, encontrar genios creativos, programadores destacados y data scientists es difícil, costoso; y muchas veces replicar ese talento resulta imposible. Por lo mismo, algunas adquisiciones se realizan para quedarse con ese personal y poder extraer el máximo de sus conocimientos el mayor tiempo posible. La experiencia que los trabajadores de una startup han concebido es invaluable y un tesoro para las compañías que las absorben. Al final del día, un súper producto o una tecnología de punta no son nada sin los expertos que forman a la organización y la empujan hacia adelante todos los días.

Obtener acceso a su tecnología más rápido y a menor costo. Varias empresas enfocadas en tecnología compran a otras que tienen lo necesario para mejorar sus productos. Esto lo hacen porque comprar una startup es más rápido que generar la tecnología desde cero; también porque es menos costoso, mantiene a los competidores lejos de los desarrollos tecnológicos y se evitan pagar regalías en caso de rentar el servicio.

Por ejemplo, Apple compró Siri, el asistente personal automatizado, en 2010 por más de 100 billones de dólares para mejorar sus iPhones en general. Esto le permitió acceder a la tecnología rápidamente, dando un valor agregado a sus usuarios y manteniendo alejados a sus competidores en cuanto a este servicio (al menos hasta que lograran desarrollar una tecnología similar). Otro caso de este tipo es la compra que realizó Google por DocVerse (por 25 millones de dólares), una plataforma para compartir documentos. Esto aceleró la adopción de Google Docs a su plataforma completa y desde entonces, sus clientes gozan de dicha tecnología.

Conforme el “core” de firmas dominantes de tecnología se engrandece, éstas decaen y terminan dependiendo de adquisiciones no sólo para expandir sus negocios, sino también para sostener su velocidad para innovar. Prácticamente están comprando innovación para continuar siendo competitivas; entienden que para innovar continua y efectivamente, no todo puede venir de ellas mismas. En la mayoría de los casos, el enfoque interno de la organización está viciado, gira entorno a lo ya existente y resulta difícil integrarle distintos pensamientos sin malearlos. Al absorber empresas enfocadas en otros ramos, instantáneamente se recibe pensamiento y talento estratégico especializado en otras áreas e industrias, así como nuevas tecnologías y estrategias de crecimiento.

En realidad, no existe una fórmula mágica para hacer que las adquisiciones sean exitosas. Como cualquier otro proceso de negocios no son buenas ni malas, simplemente son. Cada uno de los acuerdos debe tener su propia lógica y estrategia. Por lo general, los tratos más exitosos carecen de indeterminación y tienen claro cómo generarán un valor significante. Al final del día, las adquisiciones son como cualquier pareja: la combinación de ambas partes debe de ser más valiosa que cada una de ellas por separado.

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