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Solos podemos hacer muy poco; unidos podemos hacer mucho

Por Isabel Name/Gerente de Endeavor Aguascalientes

Siempre se ha dicho que México es un país sumamente rico, pues a lo largo de su territorio podemos encontrar toda clase de climas, flora, fauna, culturas, costumbres, alimentos, lenguas… Sin embargo, esto no ha sido suficiente para que podamos convertirnos en una nación desarrollada.

Este resultado lo hemos obtenido por nuestro egoísmo, por no compartir nuestros conocimientos y experiencias con otros para que no cometan los mismos errores, y por no dar a conocer nuestras ideas, las cuales podrían ser extraordinarias, pero por el temor de que alguien las robe, preferimos mantenerlas guardadas. Todo ese ego de querer ser siempre el mejor sin importarnos la situación de los demás nos ha hecho un país de limitado y lento progreso.

Por esto, debemos unir esfuerzos como sociedad y exigir al gobierno trabajar por la construcción de un mejor México. No podemos, como ciudadanos, dejar todo en manos de la autoridad ni tampoco el gobierno debe dejar todo en nuestras manos. Los dos, como elementos necesarios de un todo, tenemos diferentes compromisos que realizar para lograr un mismo objetivo: hacer de este un mejor lugar para las futuras generaciones.

Actualmente, vivimos un momento de inquietud y desesperación por la falta de oportunidades, lo cual debiera ser una preocupación relevante para los gobiernos, ya que el desempleo, entre otros factores, ha desencadenado un desequilibrio social. Empezamos a ver como personas mayores, con experiencia laboral y una familia que mantener, están siendo despedidas y se encuentran tocando puertas en busca de una oportunidad; pero al mismo tiempo, vemos a los jóvenes que, con toda una vida por delante, salen al mercado laboral solo para darse cuenta de que la oferta de empleo es poca y la demanda, demasiada, y esto no es lo peor. Al terminar su carrera, muchos se toparán con que su formación profesional apenas comienza, pues en un mundo altamente globalizado es necesario seguir preparándose para competir.

Por eso, es importante darle a los jóvenes las competencias necesarias para enfrentar el mundo actual. Según las evaluaciones internacionales, México es una nación poco competitiva. El Foro Económico Mundial colocó a nuestro país en competitividad global en el peldaño 61, luego de que el año pasado se ubicara en el 55. Sobre este hecho se declaró que: “Esta caída se debe a un deterioro en el funcionamiento percibido de las instituciones, la calidad de un sistema educativo que no parece cumplir con el conjunto de habilidades que la economía mexicana cambiante exige, y el bajo nivel de implantación de las tecnologías de la información, que es fundamental para la transformación”.

Entonces, ¿por qué no enseñar a los niños y jóvenes la importancia de emprender, de crear empresas y con ello, hacer realmente una diferencia?, ¿por qué no fomentar la inquietud, creatividad e iniciativas de los estudiantes?, ¿por qué seguimos formando empleados y no empresarios? Desafortunadamente, la respuesta a esas preguntas es muy sencilla, pues como lo dije al principio, vivimos en una sociedad egoísta, en la cual los más fuertes, por temor a ser superados, hacen creer a los débiles que son más débiles.

Si queremos realmente crecer, debemos olvidarnos del egoísmo y hacer de México una sociedad de aprendizaje compartido: el gobierno da oportunidades a nuevos empresarios y estos comparten a los jóvenes su conocimiento y experiencia. Así, lograremos inspirar a las próximas generaciones a innovar, a generar nuevos negocios, lo cual creará mayor riqueza a través de nuevos empleos.

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