Por Xicoténcatl Morales Hurtado CEO SELF México
El filósofo Séneca decía: Nadie puede vivir felizmente si sólo se contempla a sí mismo y lo convierte todo en una cuestión de utilidad propia; si vives para ti mismo, debes vivir también para tu vecino.
Las emergencias sanitarias como las que enfrentamos en estos días hacen surgir muchas de nuestras limitaciones personales y organizacionales, pero también virtudes que se encontraban dormidas. Quizás la mayor lección que nos dejan es la necesidad de reconocer al otro, dignificarlo y pensar más a menudo en sus propios desafíos tal como reflexionamos en los nuestros.
El COVID-19 representa un punto de inflexión para las cámaras comerciales, cooperativas, grupos sindicales y empresarios que con humildad y tino se dieron cuenta (aún antes de que esta pandemia tocara a la puerta de sus industrias) del valor de la interdependencia que soporta muchas de las actividades productivas que nutren el entorno.
En momentos como este ni la autosuficiencia ni el aislamiento nos conviene. Mientras más pronto actuemos a favor de la recuperación colectiva, más pronto veremos ascender la curva económica que reposicionará en los meses siguientes a los negocios, fábricas, despachos y centros empleadores.
Solidaridad y responsabilidad: dos claves para salir adelante
En las redes sociales los grupos de emprendedores se siguen organizando para ofrecer servicios según su mercado, incluyendo honestas recomendaciones de otros miembros de su ecosistema. Las páginas que promocionaban ciertos productos hoy abren sus puertas para que personas de diversas partes de la ciudad o región también se anuncien, esperando con ello favorecer la exposición que les permita alcanzar a los proveedores de servicios nuevos clientes.
Se estima que al menos en las últimas semanas la creación de nuevos grupos de ventas, plataformas de comercialización y servicios enfocados en ayudar a la reactivación de los comercios alcanzó cifras extraordinarias en el tráfico y exhibición de contenido a gran escala.
Estas muestras solidaridad reducen nuestra arrogancia y nos hacen entender, de una manera muy clara, las recompensas que se derivan de los esfuerzos simultáneos y la cooperación que no sólo hoy sino siempre deberíamos ejercitar.
El tiempo y las lecciones que nos dejan las crisis nos ayudan a identificar a nuestros verdaderos aliados. Conforme se vaya volviendo recurrente este tipo de prácticas pronto hablaremos del COVID-19 como un empujón necesario para fabricar un éxito compartido que vino a detonar fuertes dosis de empatía, reciprocidad y trabajo en equipo.
Más que reputación
Si quieres perdurar y prosperar en tu negocio es mejor que comiences a entender que es posible trabajar con otros, entre otros y para otros. El resultado de toda colaboración siempre será superior al que deseemos alcanzar por nuestra cuenta.
Recuerda, las crisis nos proporcionan información valiosa que nos ayuda a reconocer lo que tenemos y podemos brindar, pero sobre todo lo que no tenemos y necesitamos tomar de los demás.
Vale la pena que ayudemos a quienes están enfrentando escenarios más graves, evitando por lo demás que saquemos provecho de su precariedad o angustia. Pero no lo hagamos por reputación, popularidad o falso altruismo, sino por los motivos genuinos.
Tiempo de unidad empresarial
Cuando los individuos se sienten incluidos en un grupo que comparte una visión, no tienden a objetar actividades que favorecen el logro de metas; después de todo la victoria de la empresa es también el éxito de la persona.
Es tiempo de que involucres a todo tu personal en el rescate paulatino de tu firma, si es posible incluso habla con tus competidores, piensa en sentido global y ofrece tus recursos para que otros se sientan apoyados. El mercado es grande para que todas y todos sigamos facturando.
Aquí algunas ideas concluyentes a las líneas de hoy:
• Intercambia información y se un conector entre personas que se necesitan mutuamente.
• Busca oportunidades para estrechar lazos y reconocer las contribuciones que has recibido de otras compañías.
• Retroalimenta y verifica con frecuencia que la información está llegando a los oídos de tus empleados.
• No des lugar a las quejas injustificadas, los rumores fatídicos, ni al pesimismo que desalienta en pocos minutos el trabajo de todos.
• Ofrece voluntariamente tiempo adicional para escuchar a personas que iniciaban su negocio y sugiéreles apoyo desde tu experiencia.
• Muestra gratitud con las personas de tu empresa (compañeros o subordinados) que se están encargando de los trabajos de mayor riesgo.
• Mantén en mente al panorama general y la toma de decisiones pensando más allá del escenario inmediato.