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Sofía Gómez Córdova

Su primera película, Los años azules, está por estrenarse en cines mexicanos. Egresada de la Universidad de Guadalajara, Sofía Gómez tiene una trayectoria de más de 10 años de producciones, muchas de ellas independientes. Platicamos con esta cineasta hidrocálida que tiene una visión nada convencional del cine y los problemas que lo aquejan.

Líder Empresarial (LE): ¿Cómo te enamoraste del cine y qué es lo que te gusta más de él?

Sofía Gómez Córdova (SGC): Me enamoré del cine, pero no sólo de eso. Lo que más me gusta de esta profesión es que no le estorba ningún conocimiento adicional. Puedo pasar mis días leyendo sobre otra cosa y me sirve. También me gusta el trabajo en equipo, es un fenómeno de autoría colectiva muy bonito y satisfactorio. Te obliga a tratar de ser mejor persona, entender a los demás.

El cine tiene esta capacidad de hacerte percibir un mundo desde una visión totalmente opuesta a la tuya; que la gente se transporte a otro lugar y viva el mundo desde otra perspectiva es algo muy poderoso, una herramienta para generar empatía.

LE: Después de estudiar una carrera así, ¿cómo le haces para abrirte paso profesionalmente?

SGC: Existen muchas alternativas, hay quien busca trabajo en una productora o se mete a la publicidad; yo no tengo ese perfil. Desde el principio establecí que trabajaría en proyectos que me dejaran una satisfacción intelectual o de otro tipo. Llevo más de diez años invirtiendo en mi trabajo.

Al terminar la carrera, estaba consciente que invertiría en generar experiencia. Empecé a crear proyectos y me mantenía como docente. Fue un trabajo muy generoso conmigo, porque gracias a eso tenía que criticarme constantemente. Escogí proyectos con la gente adecuada, aquellos que sabía serían una inversión a largo plazo.

Después de ese tiempo, en el cual hubo limitaciones económicas, empecé a ver los frutos. El equipo que formamos se fue convirtiendo en una especie de cooperativa: generamos muchos cortos y luego, proyectos más complejos; crecimos juntos. Puedo decir que esta película no hubiera sido posible sin esos diez años de inversión, no solo mía, sino de buena parte del equipo.

LE: ¿Qué se requiere para ser un director?

SGC: Primero, mucha perseverancia, resistir a los fracasos y ser resiliente, aprender de los errores. Otra cosa que hace falta es trabajar en equipo. Hay un culto hacia el director déspota con el cual no estoy de acuerdo. En un mundo con personas que quieren hacer lo mismo y donde no tienes ninguna ventaja clara respecto a los otros, porque talento hay mucho, ayuda tener la capacidad de trabajar con personas y generar un equipo que obtenga cosas a cambio, no sólo la cuestión monetaria. Las mejores ideas no vienen únicamente del director, son producto del diálogo y de recoger experiencias, escuchar percepciones ajenas.

También debe haber una intuición que rebase lo artístico. Una película es un proyecto complejo que implica mucho tiempo y recursos, hay que saber gestionar. Si tienes esa habilidad y la alimentas con conocimientos elementales de administración, puedes aspirar a algo bueno. La autocrítica también es muy importante.

LE: ¿Cuáles son los momentos más complicados de una producción?

SGC: La parte de gestión y financiamiento. En lo creativo, por muy difícil que sea, tienes las herramientas para solucionarlo. Como buscar dinero implica un proceso de adaptación, hay que cuestionar el statu quo y las enseñanzas que se dan en el cine.

Nosotros, así como buena parte de las películas en México, buscamos financiamiento público, aplicamos a convocatorias. Cuando te enfrentas a eso y no te eligen, tienes dos opciones: te tiras a llorar o te obligas a pensar estratégicamente para sacar tu proyecto adelante. Para alguien que creó una empresa puede ser algo obvio, pero en el cine mexicano no es así.

A nosotros nos sucedió, tuvimos que adaptarnos y agradezco que se hayan cerrado esos caminos: obtuvimos una visión más compleja de la realidad, que ayudó a entender una parte del problema del cine mexicano.

LE: ¿Quiénes son tus referentes?

SGC: Una de mis películas favoritas se llama The last picture show, de Peter Bogdanovich; es una película coral con personajes entrañables, bien dirigida. Me gustan mucho varias de Akira Kurosawa y de Mike Leigh. El cine chileno reciente me gusta.

LE: Si tuvieras recursos ilimitados, ¿qué proyecto te gustaría hacer?

SGC: Admiro mucho a Isaac Asimov, me gusta su literatura de ciencia ficción, no sólo por la narración, sino porque en toda su obra hay una base de lectura social alimentada por la historia. Si se pudiera hacer una adaptación de su obra capaz de mostrar el universo de fantasía tan extraordinario de sus libros, creo que nos haría reflexionar sobre las sociedades. Sería algo épico.

LE: ¿Qué película te hubiera gustado dirigir?

SGC: Fish Tank, de la directora inglesa Andrea Arnold. Me agrada mucho y se asemeja a mi línea de trabajo.

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