A cargo del gobierno municipal de San Luis Potosí, nuestra ciudad se ha embellecido con sus tradiciones, así como los personajes y pasajes que forjaron la historia e identidad potosina.
Mediante el programa Expresión Capital, la alcaldía convocó a jóvenes artistas para elevar la belleza de la capital y convertirla en la “ciudad de los murales”. Al mismo tiempo, fue una oportunidad de colaborar en el desarrollo de los artistas locales.
Christian Iván Azura Azura, director de Servicios Municipales de San Luis Potosí, argumenta que conviene que estas expresiones se repliquen en otras colonias de la ciudad ya que, además de embellecer la ciudad, la iniciativa propicia la sana convivencia entre los habitantes de la ciudad y los jóvenes dedicados al arte urbano.
“Nunca se impuso un diseño por parte del municipio. Cada autor plasmó lo que quería expresar. De ahí la importancia de respetar a los artistas en cada trabajo”, destaca.
Del mismo modo, el funcionario asegura que cualquier persona tiene la libertad de participar, basta con acercarse a la dependencia que él representa para así ser considerados en los siguientes trabajos artísticos que promoverá el Ayuntamiento.
“No sólo se trata de pintar murales, sino de que se valore a los artistas y sus creaciones. Si apoyamos a estos artistas y sus trabajos, es posible convertir a San Luis Potosí en ‘la ciudad de los murales’”, afirma.
Añade que el panteón Españita, los puentes de la avenida Salvador Nava, así como el Centro Histórico de la capital serán los próximos sitios para la creación de nuevos murales que retomen características propias de cada lugar.
25 historias decoran el panteón del Saucito
En el primer trabajo pictórico, se realizaron 25 murales en el panteón del Saucito. Más de mil 400 metros cuadrados en las paredes del camposanto tienen murales dedicados a 25 personajes cuyos restos descansan en el cementerio más antiguo y tradicional de la capital potosina.
Las expresiones son un homenaje al legado de Octaviano Cabrera, Ponciano Arriaga, Concepción Cabrera de Armida, Lila López, Ernesto Báez, Manuel José Othón, José Moreno Díaz “El Señor de las Palomas”, así como de Silveria Ramírez, María Pons Nicoux, José Jayme, Federico Manjares Romo, Francisco Izquierdo Cogollos, Carlos Díez Gutiérrez, Federico Monjaras Romo, María Cedillo Salas, Blas Escotría y Bustamante.
A su vez, los murales retoman leyendas urbanas que son parte del imaginario colectivo como el Gallo Maldonado (espectro fantasmal que recita poetas en el centro histórico) y la Niña Poleth (la mensajera de los olvidados).
La colección pictórica también representa la unión de los siete barrios como un destino común para el eterno descanso de las personas fallecidas: siete calaveras pintadas de colores vivos que representan al igual número de barrios de San Luis Potosí. Entre cada una, hay una cruz como símbolo de luz y descanso.
Otra obra en los exteriores del Saucito es “La Dolorosa”, un mural que conmemora a la Virgen de los Dolores de la Procesión del Silencio, pero envuelta en un manto blanco y sosteniendo una cruz en la mano derecha como representación de una madre en luto.
Igualmente, el rostro de una mujer en medio de dos aviones que se elevan entre nubes también decoran los muros del panteón en memoria de María Cedillo Salas, primera mujer piloto de México y originaria de San Luis Potosí.
Junto a otras representaciones del arte urbano, el cementerio pasó a ser un espacio de expresión creativa, artística y estética en el que jóvenes plasmaron su visión referente a las tradiciones de la ciudad.
Riqueza cultural en imágenes
Javier Alvarez Charqueño, ingeniero industrial de profesión pero con 26 años experiencia en el arte urbano, coordina a este grupo de 25 jóvenes que fueron seleccionados para crear obras pictóricas en diferentes puntos de la ciudad.
Explica que para esta iniciativa, cada obra creada es una proyección de la riqueza cultural y un homenaje a la memoria histórica de la ciudad para percibir un sentido de pertenencia entre los habitantes de San Luis Potosí.
También conocido como “Jober”, admite que el hecho de pintar en exteriores permite una proyección laboral para los nuevos talentos que inician en el arte urbano. Al mismo tiempo, asegura que este tipo de proyectos aumentan el valor social ya que induce una disminución de las expresiones agresivas o de vandalismo.
“Aprendes a trabajar a otro nivel y con mayor técnica. Así, las personas perciben una mayor aceptación y se pueden solventar trabajos tanto en municipios como en particulares”, indica.