Icono del sitio Líder Empresarial

Sin permiso para usarlo: Micromanagement

Por Antonio Martin del Campo 

Chairman 02X y Venture Studio 

 

“En este negocio, cuando te das cuenta de que estás en problemas ya es demasiado tarde para salvarte. Si no estás asustado y corriendo todo el tiempo, no puedes durar mucho.” 

Bill Gates 

 

Encarta definió la microgestión (micromanagement) de la siguiente manera: «La atención a pequeños detalles en la gestión: control [de] una persona o una situación prestando extrema atención a los pequeños detalles». Dictionary, el famoso diccionario en línea, la define como: “Gestionar o controlar con excesiva atención los detalles menores”.

La noción de microgestión se puede extender a cualquier contexto social en el que un individuo adopte un enfoque abusivo en el control de los miembros de un grupo. A menudo, esta obsesión con los detalles más minuciosos causa un fallo en la capacidad de los directivos de centrarse en los aspectos principales y, por ende, en muchos casos lleva al camino de la quiebra. ¿Y los colaboradores cómo sufren de esta gestión? Literalmente, los lleva a la muerte.

Tener un trabajo exigente con un jefe que implemente el micromanagement podría reducir años de vida al personal de una empresa. Así lo sugiere un nuevo estudio de la Kelley School of Business de la Universidad de Indiana, que realizó un seguimiento a 2,363 residentes de Wisconsin. Los investigadores descubrieron que las personas con trabajos muy exigentes y con poco control sobre su flujo de trabajo tenían un 15.4 por ciento más de probabilidades de morir durante el periodo de estudio en comparación con las personas con empleos menos exigentes. Por su parte, los individuos con trabajos de alta demanda y con alto grado de control sobre sus vidas laborales tenían una disminución del 34 por ciento en la probabilidad de muerte en comparación con los individuos con empleos menos exigentes.

Según este estudio, los gerentes que efectúan cotidianamente la microgestión, en el fondo no poseen las habilidades necesarias para desarrollar su trabajo. Buscan colaboradores que, según ellos, se desempeñan en un nivel inferior y les sacan provecho porque saben que estos empleados estarán a su entera disposición para realizar tareas en su nombre. Incluso con este poder, seguirán haciendo todo lo posible para culpar a quienes actúan en su nombre, cuando sea necesario.

Para no caer en el micromanagement, doy tres recomendaciones que sin duda nos alejarán de esta trampa:

1.- Dejar trabajar libremente a los colaboradores y no estar encima de ellos todo el tiempo.

De acuerdo con el informe sobre el estado de los espacios laborales, realizado en 2017, el 60 por ciento de los empleados no creen que tengan la oportunidad de hacer lo que mejor hacen todos los días en el trabajo. Lamentablemente, una explicación común para esto es que su jefe está demasiado ocupado haciéndolo.

Un director a menudo revisa un proyecto ampliamente cuando los gerentes lo terminan, porque sin duda desea analizar si el trabajo que hicieron cumple con sus expectativas y si lograron el objetivo. Si la retroalimentación se hace durante el desarrollo del proyecto, en lugar de realizarse al final o después de ciertos puntos de control, estamos en el territorio equivocado, pues estamos haciendo microgestión. Debemos dar siempre libertad dentro de las tareas y dejar que los gerentes se responsabilicen de ellas y aprendan a llevarlas a cabo.

2.- Rendición de cuentas.

Tomar responsabilidad de los resultados y pedir o dar metas claras es un gran consejo que un gran empresario me compartió años atrás, y es que aclarar expectativas y alcances, así como roles concretos, permite a la organización liberarse de un gran estrés y de la peligrosa microgestión.

Es necesario alinear las expectativas y los alcances a la contribución directa que se espera de cada miembro del equipo en determinado tiempo y forma. Hay que tener estas conversaciones en las cuales se compartan todas las expectativas del grupo y, una vez analizadas y discutidas, hacer y hacernos partícipes de la responsabilidad que exige el proyecto.

  1. Retirarse del contacto continuo del grupo.

Los líderes a menudo delegan acciones y planes a sus equipos, lo cual es lo más recomendable para evitar el micromanagement; pero nunca se retiran del contacto continuo con el grupo y mucho menos del liderazgo que deben de ejercer en él. La clave es la gestión de expectativas, de lo que se requiere del equipo; enfocarse en las metas intermedias y dar un fuerte seguimiento en el rumbo y no en las tareas del día a día.

La función más importante de un director de proyecto o un director general no es la revisión de tareas, sino el diseño del ambiente en donde se desempeñarán sus colaboradores. Debe dotar a sus trabajadores de las herramientas y los recursos para que puedan desarrollar todo su potencial.

Salir de la versión móvil