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Sin oportunidades…

Después de presentar algunas pruebas de acreditación del idioma inglés como el IELTS, TOEFL, BULATS, etcétera, busqué todas las oportunidades que existen, tanto del gobierno de México como de organismos, fundaciones y universidades europeas, para estudiar en el extranjero. Fue decepcionante.

Las opciones de cursar una licenciatura fuera de México son burocráticas, confusas y escasas. Alternativas, como la Agencia Mexicana de Cooperación para el Desarrollo Internacional (AMEXID), regularmente ofrecen intercambios a países poco atractivos para los estudiantes mexicanos y becas para posgrados, estancias de investigación y doctorados.

La oferta de la Secretaría de Educación Pública (SEP) y la ANUIES, por lo general, discrimina a estudiantes de universidades privadas, al negarles convocatorias por estar inscritos en estas instituciones, un aspecto injusto dado que, por sí solo, un estudiante no es una persona solvente.

También existen distintas instituciones, como los fondos de CONACYT, FUNED, FIDERH, LUMNI, Fundación Beca, Fundación Carolina, Full-Bright García-Robles, ELAP Canadá, Campus France, Chevening, Santander Becas.

Lo cierto es que son pocas las opciones que brindan verdaderas oportunidades para estudiantes de licenciatura, como la Beca Ernst Mach de Austria, que además de ofrecer apoyo en la matrícula brinda apoyos en la manutención.

Muchos defenderán la oferta de verdaderas opciones para estudiantes de maestrías y doctorados porque son grados que representan mejores competencias para los jóvenes mexicanos en general. Pero, para ser maestro o doctor, se necesita tener bases sólidas de licenciatura, currículum y experiencia profesional. La falta de apoyos para intercambios en licenciatura hace difícil aspirar a una maestría o doctorado en el extranjero.

En su libro Basta de Historias, Andrés Oppenheimer concluye que hay más estudiantes asiáticos que latinoamericanos en universidades de Estados Unidos y Europa. Esa conclusión se ve reflejada en la problemática que describo.

Además de la falta de opciones convincentes, la mayoría de las pocas becas que se ofrecen solo cubren el pago de la matrícula (por lo regular en universidades de poca fama) y no el costo de vida, que representa un gasto mucho mayor.

Ojalá algún día los mexicanos tengamos más y mejores opciones de intercambios, que no signifiquen endeudarnos con créditos educativos, préstamos y discriminaciones en el otorgamiento de becas por el tipo de universidad.

Ojalá que, ante todo, se cuide que los procesos de selección se lleven con transparencia y meritocracia. Por nuestra parte, hay que dejar de buscar oportunidades en países de habla hispana y apostar por naciones que nos hagan salir de nuestra zona de confort.

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