Al meditar sobre el tema de este artículo, vinieron a mi mente aquellas personas con las cuales he platicado y me han planteado, de cierta manera, muy buenas ideas de negocios, aunque no han dado el primer paso para emprenderlas. Gracias a esto, pensé en una serie de pasos que le pueden ayudar a comenzar este proceso de forma práctica:
- Idea/visión: Todo empieza con una idea o visión de lo que desea lograr. Al tener esto claro, podrá enfocar su energía mental y entusiasmo hacia el objetivo final. También dilucidará los pasos generales para llegar a la meta pretendida.
- Mercado: Recomiendo que identifique si el producto o servicio tiene mercado. Asimismo, defina el precio, plaza y promoción de este.
- Recursos: Reconozca los recursos materiales o humanos que necesita para empezar, así como los que ocupará a lo largo de las distintas etapas de crecimiento planteadas. En este momento, considero importante tener un boceto de lo previsto o visualizado, pues con el tiempo esta herremienta le facilitará la optimización y actualización de sus planes.
- Ventas: Si todavía no cuenta con experiencia en ventas, le sugiero comprar literatura sobre el tema y hablar con personas experimentadas en el rubro. Esta es una de las habilidades clave del emprendedor.
- Etapa inicial/piloto: Mientras comienza a generar ventas y obtiene una adecuada mezcla de ingreso fijo/estable y variable; si es posible, inicie bajo un modelo de bajos costos fijos y con flexibilidad de roles para las personas involucradas. Aconsejo esto porque los problemas de flujo de efectivo son una de las principales razones de quiebra. Quizá, por ejemplo, tenga ventas, pero los gastos fijos son altos y el ciclo financiero es lento.
- Crecimiento: Dependiendo de la visión y recursos planeados, puede crecer en ventas, recursos humanos, materiales, mercado, etcétera. Lo importante aquí es analizar periódicamente lo que ha logrado y cuáles serán los siguientes pasos para enriquecer su compañía.
- Tipo de mejora: Una opción es mejorar virtualmente su empresa, es decir, hacer lo mismo, pero cada vez mejor. Otra es innovar, generar nuevos productos o servicios para diferenciarse de la competencia y, a la vez, satisfacer las necesidades del entorno, o bien, diversificar su negocio, agregando líneas de mercancías y servicios complementarios, con el fin de facilitar las ventas cruzadas.
Lo anterior debe ponerlo por escrito, para tenerlo de referencia y evitar abordar un mismo tema varias veces. Lo comento porque a menudo las personas analizan sus propuestas mentalmente, las dejan de lado por un tiempo, las retoman y nuevamente ejecutan el proceso mental, repitiendo puntos de análisis u olvidando claves. Con la escritura de sus ideas, se apartará de la indecisión y confusión que puede existir al procesar todo con el mero pensamiento.
También he visto casos en los cuales se realiza todo este proceso, pero nunca se emprende. En ocasiones, esto sucede por temor, indecisión o porque las condiciones de arranque son demasiado complejas, ambiociosas o costosas. Por esa razón, recomiendo que en la etapa cinco piense en iniciar con un proyecto piloto (de ser posible), así el principio será menos oneroso y no tendrá obstáculos para dar el primer paso.
Pero si desea ser conservador, las recomendaciones anteriores puede ejecutarlas sin dejar su empleo; solo tendrá que dedicar una parte de su tiempo extra laboral a llevar a cabo lo descrito arriba y definir, además, el momento de transición de empleado a dueño de su propia empresa.