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«Si hay algo que todos podemos entender más que el amor, son las decepciones»

En un departamento en la Zona Centro de Aguascalientes viven Bruno y Pía, una pareja de mejores amigos que enfrentan -cada uno a su modo- el amor y sus consecuencias. Lo anterior en una era en la que la tecnología crece como espuma; donde se juzga a los románticos de cursis y pareciera que no contestar a la brevedad un mensaje de WhatsApp es sinónimo de terminar una relación.

Es aquí en este universo paralelo donde convergen los protagonistas de The expectation club, donde las esperanzas de un amor –o desamor- “perfecto” tienen lugar.

Como la mayoría de las buenas historias el nacimiento de “El club de las expectativas” fue de manera inesperada, así como el amor. Sentados en un sillón, Giselle Ruiz y Juan García, los creadores de la serie de ilustraciones, platicaban uno a otro sus anécdotas amorosas.

“Fue un proceso muy largo. Todo empezó con una idea muy larga en una sola noche. Estábamos un poco deprimidos y hablábamos sobre lo que la expectativa de amor hace en nosotros y fue ahí donde surgió la idea de hacerlos” relata Juan, encargado de ilustrar a los personajes.

A partir de sus vivencias y queriendo exponerlas al mundo, ambos crean a Pía y a Bruno con un solo objetivo: mostrar lo que todos, en algún momento, han tenido que enfrentar; aunque eso sí, ni Bruno es Juan, ni Giselle es Pía, aclaran.

“Como artistas claro que tienen influencias nuestras, pero ellos tienen sus propios sentimientos, sus propias historias, nacieron en lugares distintos. Tienen su propia personalidad. Ellos son un ente y nosotros les damos voz para que toda la gente pueda relacionarse con ellos” continúa Juan.

El proceso de creación de los personajes surge a partir de las ilustraciones que crea Juan, mientras que la mente detrás de las historias es Giselle.

Todo parte de la observación. Creo que cuando vas teniendo la libertad de escribir así como un poco de experiencia sabes cómo reaccionarían tus personajes. No son historias que me hayan ocurrido a mí, son historias de la calle o un bar”, explica Giselle.

En cuanto a los personajes, éstos son completamente diferentes uno del otro. Sus personalidades tienen influencias de sus amigos o conocidos más cercanos. Pía, por un lado, es una comunicadora que ama beber vino tinto y explorar nuevas cosas, mientras que Bruno, quien por cierto es homosexual, es un mercadólogo de personalidad hermética que disfruta más la cerveza.

Hasta ahora, la respuesta al nuevo mundo creado por Giselle y Juan ha tenido gran aceptación en redes sociales gracias a la empatía a través de sus imágenes. Además, Giselle y Juan tratan no solo temas amorosos, sino también problemas sociales.

“Ha sido muy lindo pensar en lo que sucedió con Mara. Yo hablaba con Juan y le hablaba sobre mi tristeza y con este proyecto, en el que justo son dos mejores amigos, imaginamos que a él (Bruno) le dolería mucho perder a su amiga. Con esto ya hay un pie adentro, desde la trinchera de ambos personajes, para hablar de situaciones sociales”, continúa la escritora.

Tanto para Giselle como para Juan, hablar de amor y desamor en esta era no ha sido un trabajo nada fácil, pero al mismo tiempo, ambos descubren a través de sus personajes que quizá nada de lo que ocurra dentro de la pantalla de un celular o una computadora tiene que ser real.

“Nos tocó vivir en esta era. Vivimos en la inmediatez de las cosas y eso crea expectativa. ‘te mando un mensaje y me dejas en visto’. Todo esto complica encontrar una relación verdadera que parece una relación de todos; pero creo que al final lo que ambos entendemos es que nada de eso es real.

Creo que esta amistad entre Juan y yo, junto a lo que sentimos aquella noche en el sillón, sí es muy real así como lo que él o yo sentimos por alguien más” explica Giselle.  

La vida sigue y las historias no acaban, siempre habrá algo nuevo que contar, al menos así lo aseguran los creadores de “The expectation club” quienes esperan, en un futuro no muy lejano, continuar expandiendo su trabajo a través de diversos productos: playeras, tazas e incluso un libro.

 “La gente nos daba feedback porque sí se sentían identificados con el club porque todos tenemos una historia de amor. […] Si hay algo que todos podemos entender, más que el amor, son las decepciones amorosas y las expectativas que creas sobre una persona y sobre ti mismo” finaliza Juan.

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