Lo informó la NASA en meses previos a junio: México padeció una de las sequías más intensas desde el 2011 en el 87.56% del territorio nacional y un 54% agonizó por la falta de lluvias.
Los estados del centro y norte del país son los que muestran sequía extrema y los reportes de la agencia norteamericana indican que las principales presas y embalses de México se encuentran en niveles sumamente bajos.
En San Luis Potosí, de acuerdo al Servicio Meteorológico Nacional -SMN- en su reporte del 15 de mayo, 46 municipios sufren de una sequía severa y otros dos padecen de un nivel extremo (Santo Domingo y Villa de Ramos).
Una sequía, contrario a lo que se supone, es un evento natural y cíclico en todas las zonas climáticas; sin embargo, este fenómeno que afecta los recursos hídricos y provoca un impacto negativo en la agricultura, la ganadería, los sistemas de abastecimiento de agua públicos y urbanos ya no lo es.
Al igual que el resto del país, en San Luis Potosí los efectos agravados de la escasez de agua no sólo son por causas naturales, también implican factores sociales como malas políticas de administración, sobrepoblación, la falsa idea de la abundancia, mal uso de las reservas de agua y alteración medioambiental, aseguraron especialistas para Líder Empresarial.
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Sequías en San Luis Potosí no son novedad
Sí, la situación por la actual sequía es grave, pero no es novedad para San Luis Potosí, pues en 2011 hubo una alerta para nueve municipios potosinos y desde entonces ha permanecido este fenómeno, aseguró Brisieda López, investigadora de El Colegio de San Luis.
Para la investigadora, la falta de precipitaciones en regiones áridas o semiáridas como las que tiene San Luis Potosí, incluida la zona metropolitana, ocasiona una dependencia de las aguas subterráneas prácticamente del 100% para abastecer del líquido a la población urbana. A su vez, la extracción de estas aguas involucra una alteración a los sistemas hidrológicos que afecta a la flora y fauna.
Pero el problema no termina, pues en algunas regiones de la entidad, estas aguas subterráneas contienen un alto grado de salinidad, así como concentración de minerales como el flúor que representa un daño directo para la salud de los habitantes.
Salinas de Hidalgo, Soledad de Graciano y San Luis Potosí son algunos de los municipios que dependen del agua subterránea con niveles altos de sales minerales. De acuerdo a la especialista, la zona metropolitana depende del 92% del agua subterránea y 8% de lo que almacena las presas de San José y El Peaje.
Actualmente, ambas presas se encuentran con una capacidad del 4.8% y 80%, respectivamente, señaló la Comisión Estatal de Agua (Conagua) del estado.
Por el contrario, en la región Huasteca la disponibilidad de agua superficial y subterránea es mayor que en el resto de la entidad, pese a ello no hay suficiente infraestructura para suministrar su uso doméstico en las poblaciones más alejadas.
Carencia de agua puede disminuir posibles inversiones
Las sequías que padece San Luis Potosí no solo es visible en la falta de lluvias o en el incremento de temperaturas que causa alteraciones a la salud, también ha generado islas de calor por el tipo de material utilizado para ampliar la infraestructura urbana.
Desde el punto de vista económico, agregó la especialista, las empresas vinculadas al sector primario suelen ser las más golpeadas porque disminuyen el volumen de productos que les permita desarrollar mercancías, lo que se traduce en pérdida de ingresos o reducción de personal.
Dijo que en un futuro pueden agravarse los conflictos entre comunidades por acceder al líquido y como ejemplo explicó que la Presa Muñeca, ubicada en el municipio de Tierra Nueva, tiene una alta demanda tanto de la población local como de los productores agrícolas cuando aparecen los periodos de sequía.
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